A la guerra sin fusil

Médicos y enfermeras no cuentan con insumos indispensables para enfrentar el COVID-19

En esta guerra contra el COVID-19, a nuestra primera línea de atención la mandaron a la batalla sin cubrebocas, caretas, guantes, ni gel; sin lo indispensable para atender a los más de 5 mil infectados en todo el país. Desafortunadamente, nuestros médicos, enfermeras y demás personal del sector Salud se han convertido en parte de la estadística, sin que se atienda su justa demanda.

Peor aún es que muchas personas, lejos de agradecer su servicio heroico y desinteresado, han iniciado un linchamiento contra ellos, lo que también los pone en riesgo. En Jalisco, por ejemplo, varias enfermeras fueron rociadas con cloro en el transporte público, por usuarios que tenían temor de que vinieran contagiadas. Situación similar se replicó en Tamaulipas y en Sinaloa. En Nuevo León intentaron incendiar un hospital por temor a propagación del contagio, mientras que en otros puntos, sus propios vecinos “exigen” que no regresen a sus hogares, pues llevarán con ellos el coronavirus a la cuadra.

Desde el gobierno federal ha existido un desdén por los trabajadores del sector Salud. Cuando inició esta administración morenista, fue precisamente a médicos y a enfermeras a los primeros que despidió. Hoy, pese a las protestas que han realizado de norte a sur en todo el país, en el IMSS, en el ISSSTE, se les ignora, aunque esté de por medio la vida de quienes procuran nuestra salud.

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En el Grupo Parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, no sólo reconocemos su dedicación, sino que también exhortamos al gobierno federal para que garantice la disposición, distribución y acceso efectivo al material de protección y equipos médicos sanitarios para atender a los enfermos de coronavirus. Además de que les incrementen su sueldo en 30% durante la contingencia.

Los contagios masivos en hospitales, como los documentados en Coahuila, Tlalnepantla, Hunucmá, Yucatán; así como en Cabo San Lucas, Baja California Sur, y en Morelos, evidencian la falta de material y la carencia de mecanismos oportunos para hacer frente a la crisis.

Los diputados federales del PRI no quitaremos el dedo del renglón hasta que se garanticen condiciones adecuadas de trabajo, resguardo y auxilio a víctimas de discriminación, agresiones y violencia contra médicos y enfermeras.

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Estamos en medio de una crisis sanitaria, económica y, si no actuamos pronto, estaremos también entrando en una social, como tristemente sucede en Baja California, gobernada por Morena, donde Jaime Bonilla confirmó la crítica situación que viven los galenos, al decir que “los médicos están cayendo como moscas”.

Insisto: nuestro respeto y admiración al personal de salud que, aún en condiciones precarias, dan lo mejor de sí. Antes de discriminar, pensemos que nuestras vidas están en sus manos. Si nos quedamos en casa, aligeramos el trabajo del sector Salud. Agradezcamos y ayudémosles.

POR ANILÚ INGRAM
DIPUTADA FEDERAL
@ANILUINGRAM

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