Habrá que aprender alemán

“No sólo debe valernos la economía, sino también nuestro paisaje cultural”, dijo Angela preocupada a su país, mientras yo enmudecía de admiración y envidia

Ayer se conmemoró sin pena ni gloria el Día Mundial del Arte. Según Wikipedia “es una celebración internacional de las artes ... declarada por la Asociación Internacional del Arte (IAA en inglés), con el fin de promover conciencia de la actividad creativa en todo el mundo”. La fecha de esta conmemoración se estableció en 2012 y el día se eligió en honor a Leonardo da Vinci, que nació un 15 de abril hace 562 años.

Los orígenes de la IAA se remontan a la III Conferencia General de la UNESCO celebrada en el Líbano en 1948, para buscar "formas para que los artistas puedan ser parte de los objetivos de la UNESCO", descubrir cuáles son los obstáculos de orden social, económico o político de los artistas y recomendar medidas que mejoren esas condiciones.

Ocho años han transcurrido desde la creación de esta asociación y no recuerdo ninguna recomendación reciente de su parte hacia nuestros gobernantes. A pesar de que estos organismos fueron diseñados para defender sus causas en momentos críticos (tal como el que estamos viviendo), no he visto que en México alguien haya levantado la mano para apoyar a nuestras industrias culturales.

¿Qué no es este el momento para sacar la casta y defender los principios que los llevaron a constituirse? ¿Acaso desconocen que México es tierra bendita y punta de lanza en la construcción cultural del planeta? ¿No saben que somos un eslabón importante en el mundo del arte y que sin nuestra labor habría un déficit de arte en el universo?

Al parecer no, lo cual daría igual si nuestro presidente pensara como Angela Merkel, que hace tiempo se ganó mi corazón. Resulta que a partir de la crisis económica que se está gestando, Alemania decidió proteger su patrimonio y los bienes de primera necesidad que requerirán para fortalecerse y salir adelante. Entre ellos incluyeron a la industria cultural, que tendrá acceso a una línea de liquidez ilimitada y a 120 mil millones de euros para sostener los empleos, así como a los proyectos existentes y futuros. Los beneficiarios serán los grandes teatros, las pymes y los profesionales afectados; con esto protegen a sus artistas, pero también a los ciudadanos, que seguirán cultivándose para que Alemania resurja como un estado ejemplar cuando todo esto “termine”.

Entre otras cosas, Merkel está preocupada porque esta situación supone una gran carga para las industrias culturales y creativas, y en particular para las instituciones más pequeñas e independientes. “No sólo debe valernos la economía, sino también nuestro paisaje cultural”, dijo Angela preocupada a su país, mientras yo enmudecía de admiración y envidia. Por eso, en conclusión, de esta cuarentena tenemos que salir todos hablando un perfecto alemán.

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POR JULEN LADRÓN DE GUEVARA

CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX

@JULENLDG

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