Si todos nos quedáramos aislados 14 días, en ese lapso podríamos superar la epidemia de COVID-19. Como esto es imposible, se requiere de un esfuerzo de millones de personas para evitar aglomeraciones, traslados y encuentros entre personas. Esto implica la coordinación desde el gobierno federal, así como la actuación firme y decidida de gobiernos estatales y municipales; y, por supuesto, de un gran esfuerzo de empresas, trabajadores, microempresarios y de toda la ciudadanía.
Se dice fácil, parece un discurso, pero la experiencia internacional ha mostrado que una reacción tardía de las autoridades y la ciudadanía, provoca que se aceleren y multipliquen los contagios, satura hospitales, con el consecuente deterioro de la atención e incremento de fallecimientos.
Hasta ahora, el gobierno y la sociedad mexicana han logrado el balance más adecuado entre protección a las personas y el menor daño posible a la economía. Con cifras de la OMS al 12 de abril, en EU había 492 mil contagiados y 31 mil fallecimientos; en Brasil, más de 19 mil casos confirmados y casi mil 800 muertos; y en México casi 3 mil 900 confirmados con 403 fallecimientos. Por ello, es posible sostener que gracias al trabajo realizado hasta ahora, estamos frente a una oportunidad para aplanar la curva de contagio y evitar que los daños económicos, que ya están afectando a las familias mexicanas, se sigan prologando.
Esto implica que cada quien asuma la responsabilidad que corresponde. Como lo recordó recientemente el doctor Hugo López-Gatell, los gobiernos estatales también son autoridad sanitaria y los municipios —las alcaldías para la CDMX— tienen la función vital de supervisar que espacios como restaurantes, hoteles, plazas, playas e iglesias cumplan las normas que impone la emergencia.
Además de eso, se trata de la instancia de gobierno que aplica y adapta a las circunstancias locales los lineamientos del gobierno federal. En este nivel deberán realizarse acciones más visibles y bien organizadas para mantener los servicios con el mínimo de personal, proporcionar información adecuada para protección de su población, lograr que la gente se mantenga en sus casas, respaldar a las familias y fortalecer a la comunidad. En la instancia local deberán ocurrir cosas decisivas para superar la emergencia.
De acuerdo con expertos nos encontramos frente a la epidemia más grave de los últimos 100 años. Con una población joven, sí, pero también con una salud crónicamente deteriorada, con bajos niveles de organización social y amplios niveles de pobreza. Hay evidencias de que vamos a superar de la mejor manera esta crisis y que, una vez superada, podremos replantearnos la solución a muchas cosas que durante décadas, de manera casi imperceptible, nos estuvieron dañando como sociedad. Las crisis también se pueden convertir en oportunidades.
[nota_relacionada id=969142]POR DUNIA LUDLOW
COORDINADORA GENERAL DE LA AUTORIDAD DEL CENTRO HISTO?RICO DE LA CDMX
@DUNIALUDLOW
eadp
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