En septiembre de 2017 aconteció una de esas frases que permanecerán por muchos años en el repertorio de burlas memorables hacia protagonistas de la vida política nacional de nuestro país. Enrique Peña Nieto tuvo un dislate aritmético y de perspectiva temporal, cuando emprendía un viaje motivado por el terremoto. En una entrevista en pleno vuelo aseveró: “Estamos a nada de aterrizar en Oaxaca, estamos a 1 minuto; no, a menos, como a 5 minutos”.
Con la tensión colectiva por lo destructivo del sismo, el comentario del Presidente sirvió para crear memes festivos de su lapsus.
Con todo, su equivocación por descuido no impidió la atención a los pobladores afectados por el movimiento oscilatorio. El error relativo al transcurso del tiempo fue una anécdota más del Presidente, que no tuvo consecuencias en las actividades de rescate y atención a damnificados.
Me apoyo en este recuerdo, porque considero que es una circunstancia en la cual el gobierno federal fue exigido en su desempeño, tal como en la actualidad. Ahora el potencial de afectaciones es en todo el país y el funcionario encargado de liderar la estrategia sanitaria por la crisis del COVID-19, viene y exhibe con cinismo que en realidad los cálculos de morbilidad y defunciones que han presentado como una verdad absoluta, ahora se acepta que no son precisos y con eso derrumba la narrativa tanto del gobierno federal, además que confirma que las dudas son razonables sobre el desempeño de las autoridades.
Apenas el Presidente había dicho que teníamos menos enfermos, como India, pero tal aseveración se desploma porque el subsecretario López-Gatell aceptó que el modelo que utilizan para registrar diariamente los contagios debe multiplicarse por ocho en la realidad. Esto demuestra que desgraciadamente ya ningún dato es confiable, ¿por qué si dijo que en realidad los contagios hay que multiplicarlos por 8 en lugar de otro número como 10 o 15 o cualquier otro? ¿Por qué en su confesión no dijo que también la cifra de fallecimientos había que también multiplicarse por 8? ¿De verdad hay mexicanos que no se han percatado de tanto cinismo criminal?
Aquí enfatizo, la aritmética equivocada que referí de EPN, en ese caso se trató de una torpeza por descuido que no provocó distorsión en la atención gubernamental; en el caso de López-Gatell, su estadística embustera es perversa, porque el mismo tenía claro que estaba mintiendo con los números y por lo tanto asumiendo estrategias equivocadas para salvaguardar la salud de los mexicanos: todos los elementos para tipificar una miserable traición a la patria.
CONSUMMATUM: Fidel Herrera Beltrán es un político excepcional, con un talento nato para la cosa pública. Su historia es luminosa, siempre luchando contra la adversidad y haciendo de la política un noble oficio para crear acuerdos en beneficio de sus paisanos. Es de los pocos políticos que pueden presumir que han hecho escuela. Hoy se encuentra convaleciente, estoy segura de su aptitud competitiva, es un guerrero que triunfará. Estoy contigo, estimado tío.
POR LORENA PIÑÓN RIVERA
SECRETARIA NACIONAL DE GESTIÓN SOCIAL DEL PRI
@LORENAPIGNON
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