El título de esta columna podría referirse a la popularidad del Presidente. También al patriarcado. Y ello no es coincidencia. Recientemente hablaba yo de cómo el 8 y 9 de marzo son oportunidades para quienes nos hemos beneficiado de los privilegios de la discriminación de género para al menos hacernos conscientes de ellos y actuar en consecuencia. Es exactamente lo opuesto a lo que ha hecho el Presidente desde el inicio de su administración, y que finalmente le está cobrando factura.
En todas las encuestas confiables publicadas en febrero, AMLO se encuentra en el punto más bajo de aprobación: según Reforma (Lorena Becerra) 59% de la población lo aprueba, 35% desaprueba; El Financiero (Alejandro Moreno) 63 -34%; Buendía & Laredo 62 - 28%, El Universal 57 - 30%, y otras por el estilo. Esto se debe, y también las distintas encuestas coinciden, a que para una mayoría de la población no se ven resultados en la economía ni en seguridad, así como por el desorden evidente por el cambio de políticas en materia de salud.
Llaman la atención otros datos, como la desaprobación al tratamiento de la corrupción (61% desaprueba, contra sólo 25% que aprueba) y la pobreza (57% desaprueba, 26% aprueba) que muestra Moreno, y cómo no hay un solo tema de gestión gubernamental en el que la gente apruebe más al Presidente que en su propia imagen: de acuerdo a Becerra, el tema en que más gente considera que AMLO ha dado resultados es el combate a la corrupción, pero esto es cierto solo para 50% de la población, 9% menos que el porcentaje de la población que lo aprueba, y en un tema que sólo se considera el más importante por el 6% de los mexicanos.
Pero la parte más notoria de lo que ha ocurrido recientemente no está en estas tres áreas. De hecho, la situación real de la economía, la seguridad y la salud ha sido consistentemente mala durante todo el gobierno, este último rubro claramente como resultado del desorden provocado por el cambio de administración. El cambio importante en la opinión pública, y así lo destacan los propios estudios, está en la ola imparable de violencia contra las mujeres y la incapacidad e indiferencia del gobierno, especialmente del titular del Ejecutivo, ante este fenómeno. Según la encuesta de Lorena Becerra, 74% de la población piensa que en los últimos 12 meses la violencia contra las mujeres ha aumentado en el país. Conforme al estudio de Alejandro Moreno, para 82% de la población el presidente está tratando mal o muy mal los feminicidios y la violencia contra las mujeres, y a 84% de la población le preocupa mucho el problema. La reacción del Presidente, mañana tras mañana en su conferencia, y como lo mencioné en la ocasión anterior, se ha mantenido incólume: una mezcla de desdén, rechazo, indiferencia y confrontación.
Por ello se empieza a decir que la auténtica oposición a AMLO son las mujeres. Porque son quienes lo han confrontado con una realidad que no sólo se muestra incapaz de atender, sino que se niega a reconocer. Y al hacerlo, se ha convertido en la imagen del patriarcado al que hay que vencer.
[nota_relacionada id=876012]POR ALEJANDRO POIRÉ
DECANO ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@ALEJANDROPOIRE
abr