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Estrellarse con el feminismo

El movimiento no es contra un gobierno, mucho menos contra un hombre; es por las violencias desbordadas

OPINIÓN

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El presidente se ha estrellado con el feminismo. Ha decidido comprar un pleito con quienes no lo tienen con él. Asumirse receptor de un reclamo –justo y legítimo- que no solo tiene como destinatario a su administración; que no inició con su sexenio ni se agota en el gobierno federal.

Andrés Manuel López Obrador, que se asume “el presidente más feminista” y, ha dicho, es “un experto” en el tema, luce desconectado de la realidad. Algunos de sus mayores atributos, el contagio con la gente, medir el pulso de la opinión pública y situarse del lado correcto, han sido borrados por él mismo del mapa. Su innegable habilidad de comunicador, también ha sido sepultada por sus propias palabras

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La crisis en el gobierno por la violencia de género, los reclamos de mujeres y respuestas tibias, que se extienden desde hace semanas, alcanzó un nuevo punto álgido esta semana.

El lunes, una cascada de encuestas dio cuenta de que la aprobación del presidente ha resultado abollada por la ola feminista; las mujeres califican peor que los varones a López Obrador.

El martes, con mala puntería y escasa sensibilidad, en la mañanera se dio a conocer que los boletos de la rifa del avión –donde el premio no es el avión- comenzarían a venderse el lunes 9 de marzo, mismo día en que miles de mujeres han anunciado se sumarán al Paro nacional #UnDíaSinNosotras. Ese día le llovió en redes. El miércoles, López Obrador reculó, pero cavando aún más profundo. Aseguró que “no tenía idea, ni tenía en mente” que ese día era el Paro y tachó de “groseras” a colectivos y mujeres que criticaron lo anunciado. La tendencia en redes desde hace días y el reclamo en las calles, pasó de noche frente a la mirada presidencial.

Ese mismo día, la activista Frida Guerrera, que tiene años alzando la voz por los feminicidios y visibilizando la violencia hacia las mujeres, fue señalada por un sujeto con acreditación y acceso a la conferencia que se asume como periodista, pero en realidad es un aplaudidor y queda bien, que hace quedar mal a aquellos con quienes pretende congraciarse. El presidente no salió del lugar común, pero eso sí, se dijo “experto” en temas de género.

Ayer jueves, López Obrador demostró que la crisis de violencia no ha logrado sensibilizarlo lo suficiente y, al hablar del Paro de mujeres, aseguró que “mujeres y hombres también” podrían faltar a laborar el lunes sin mayor consecuencia.

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Desde hace semanas, el presidente no marca la agenda. Lo que fue costumbre durante el primer tramo de su gobierno, cambió. Ahora es la realidad la que dicta la mañanera AMLOno solo no termina de acompañarla, ni siquiera parece notarlo.

López Obrador luce atrapado en su propia inercia. Y ante lo incontrolable de un movimiento genuino, que crece sin liderazgos visibles, pero con una ruta clara, ha decidido que es su adversario, cuando no lo es.

Como bumerang le retorna cada palabra dicha a la ligera y cada omisión.

El movimiento no es contra un gobierno, mucho menos contra un hombre. Es por las violencias desbordadas, la estructura patriarcal, el machismo. Ignorarlas, presidente, no solo es no ponerse de su lado, es también ejercer violencia. [nota_relacionada id=894888]

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN 

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM 

@MLOPEZSANMARTIN

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