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El show debe seguir

OPINIÓN

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El peligro de una pandemia mundial a causa del COVID-2019 ha puesto al planeta en estado de alerta y aunque al inicio de este año grandes eventos que combinan el deporte y el espectáculo si se han podido llevar a cabo, como el recién espectáculo de medio tiempo del Superbowl en donde brillaron Shakira y J Lo, o el homenaje póstumo a Kobe Bryant, con Alicia Keys y Beyoncé. La suspensión del Carnaval de Venecia, o el Mobile World Congress de Barcelona han puesto en duda la realización de las Olimpiadas 2020 en Tokio a causa del tan temido coronavirus.

Aun así, ya se han comenzado a transmitir los primeros promocionales de este evento planetario que pondrá a Japón en la mirada de más de 50 mil millones de televidentes; y de no llevarse a cabo, este sería la tercera ocasión en que la llama olímpica se podría apagar; hay que recordar que los conflictos bélicos motivaron la suspensión de los   Juegos Olímpicos en 1916, en 1940, y en 1944. 

En fechas más recientes, otro virus amenazó la realización de la Olimpiada Brasil 2016 que finalmente si se llevó a cabo, y en todo el mundo la nación carioca ofreció un gran espectáculo en su ceremonia de inauguración con la presencia estelar de Caetano Veloso, Gilberto Gil y Anitta al ritmo de 12 escuelas de samba.

No cabe duda que la celebración de grandes eventos deportivos mundiales con la presencia de estrellas y espectáculos musicales es una combinación perfecta para que el país sede tenga un atractivo escaparate de su cultura e identidad, y por ello los comités deportivos anfitriones de cada país realizan una fuerte inversión para destacar los momentos inaugurales. 

La competencia por llevarse el premio al mejor y más vistoso espectáculo de inauguración olímpica se ha convertido en una más de las tradiciones, pero  aunque esta batalla por brillar más que los demás es un fenómeno que sucede desde siempre, el surgimiento de grandes  estrellas globales del pop mundial aunado a las nuevas tecnologías del espectáculo, los efectos especiales, las luces inteligentes y la pirotecnia  han superado nuestra capacidad de asombro, pues la magia sucede allí  a nivel de cancha, transmitida en vivo y en directo para millones de tele espectadores. 

Por supuesto, las proezas deportivas, los ganadores de medallas de oro y los trofeos mundialistas acaparan la atención, pero quizás lo más memorable de estos grandes eventos han sido en los últimos años las espectaculares presentaciones olímpicas, por poner algunos ejemplos, de Celine Dion y Muhammad Alí en Atlanta 1996, de Björk en Atenas 2004, de las Spice Girls y el 007 Daniel Craig ante la Reina Isabel en Londres 2012. 

También quedan para el recuerdo las impresionantes coreografías de Bejing 2008, la presentación póstuma en holograma de Freddie Mercury en Barcelona 1992 donde la nota la dio aquella flecha que paso de largo y nunca le atinó al pebetero olímpico que se encendió por “arte de magia”, gracias a la tecnología. 

Aunque la noticia de una virtual cancelación del evento olímpico ha sido desmentida por las autoridades del Comité Olímpico Internacional, la amenaza de una pandemia mundial sigue latente. 

Sin lugar a dudas, los japoneses son maestros milenarios en organizar espectáculos masivos con tecnología de punta; y sería muy triste que en estos tiempos donde el planeta parece estar convulsionado por tantas manifestaciones sociales, la cancelación de un evento en donde las naciones se unen a través del deporte y el espectáculo podría apagar la flama olímpica de la esperanza. 

Esperemos que las Olimpiadas que están a unos cuantos meses de comenzar finalmente se lleven a cabo pues contra todos los malos presagios, virus o guerras… ¡el show debe seguir¡

Luis de Llano