En el 2008 Disney sacó una película que ayudó a concientizar a la población humana sobre dos temas importantes: el daño que la humanidad le está haciendo al planeta y la dependencia hacia la tecnología, para este momento ya la mayoría de las y los lectores sabrán a que película me refiero. Un simpático robot solo en la tierra enamorado de una visitante mandada al planeta por los humanos para revisar si era óptimo regresar; se trata de WALL-E.
En el 2008 Disney sacó una película que ayudó a concientizar a la población humana sobre dos temas importantes: el daño que la humanidad le está haciendo al planeta y la dependencia hacia la tecnología, para este momento ya la mayoría de las y los lectores sabrán a que película me refiero. Un simpático robot solo en la tierra enamorado de una visitante mandada al planeta por los humanos para revisar si era óptimo regresar; se trata de WALL-E.
Estos días de cuarentena han puesto a un gran número de personas alrededor del mundo en sus casas; millones ya sean por ordenes de algún gobierno o por decisión (basada en el sentido común) propia. Poniendo solo un ejemplo, según estima la UNESCO 1.370 millones de niños, niñas y jóvenes se han visto afectados por la suspensión de clases debido al coronavirus.
En WALL-E la humanidad viajaba en una enorme nave espacial, la cual regresaría a la Tierra una vez que demostrara volver a tener condiciones para la albergar vida. Pronto el público se da cuenta del destino de sus habitantes, todos pasaban el resto de su vida sentados en sillas que se movían por toda la nave. Todo tipo de interacción y acción era llevado a cabo en una pantalla tipo tableta. Tal representación de la humanidad en el futuro, aunque fuera una película para niños, hizo pensar a más de uno sobre la dependencia que el ser humano les da a las nuevas tecnologías. WALL-E no es la única pieza de ficción que ha lanzado el tema a la mesa, también diferentes autores en la literatura lo han abordado; pero la originalidad de la película fue haberlo hecho en un formato infantil.
La situación de los más privilegiados, aquellos que podemos realizar el denominado y “home office” o contar con servicios para llevar a cabo reuniones virtuales, nos ha puesto en una situación de dependencia frente a las tecnologías. La cuarenta nos ha convertido a un considerable número de personas en los proto personajes de WALL-E. Esto no debe entenderse como una crítica a los avances tecnológicos, al contrario, el hecho de que podamos llevar, más o menos, un ritmo de trabajo sin estancados es algo positivo. Aun así, una vez que haya terminado esto (fecha difícil de establecer) no sería raro que hubiera un nuevo boom tecnológico, si no es que ya lo estemos viviendo debido a las circunstancias y las necesidades de la gente. Poniendo un ejemplo, esta cuarentena ha explotado de una manera considerable los servicios del formato de clases virtuales. Habrá que observar posteriormente hasta donde llegará tal dependencia hacia el desarrollo tecnológico.
Por: Ignacio Anaya
@Ignacioanay
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