Con casi 83 mil casos confirmados de COVID-19, EU es a partir de este momento el nuevo epicentro de la pandemia por coronavirus. Según los datos proporcionados por el Ministerio de Salud estadounidense, en la Unión Americana se han registrado mil 200 fallecimientos, dos mil personas que han sanado, mientras que el estado más castigado por la pandemia es Nueva York, con 300 muertos.
Los países que a lo largo de esta crisis de salud pública iniciada en noviembre del año pasado en Wuhan, en China, comparten un común denominador: sus líderes o presidentes no tomaron las medidas sanitarias necesarias a tiempo, por lo que los contagios se produjeron de manera exponencial.
Medidas sanitarias tardías convirtieron el crecimiento de casos por coronavirus en emergencias en Corea del Sur, Irán, Italia, España, Francia y ahora en EU. La OMS estableció como estrategias para contener el contagio por este virus la sana distancia entre personas y no realizar concentraciones, así como la aplicación de pruebas, pruebas y más pruebas para aislar a las personas con coronavirus.
Esto no se hizo en EU y ahí están las consecuencias. Donald Trump, a pesar del incremento significativo en los casos, aún no aplica la cuarentena general. La razón es simple. Una cuarentena en Estados Unidos traería una crisis económica mucho más pronunciada que la de 2008 y no quiere que la recesión, que ya es una realidad en el mundo, se vuelva más aguda. Trump insiste en que cerrar el país es prácticamente imposible, asegura que mucha gente está de acuerdo en que Estados Unidos no ha sido diseñado para cerrar, y lejos de establecer una estrategia para aumentar la distancia entre todos los estadounidenses, planea una reactivación generalizada de la economía a partir de la semana de Pascua.
Aun con esa posición de excesiva confianza, algunos gobernadores le han dado la espalda y han establecido el Stay at Home, una forma de cuarentena total. Así lo viven ya en NY, California, Illinois, Oregon, Washington, Nueva Jersey, Connecticut, Luisiana, Delaware, Idaho y Ohio más los que se sumen.
Lo que convierte a un país en epicentro de coronavirus es el ignorar la velocidad con la que se contagia, el “no pasa nada”. México debería mirarse en ese espejo, en lugar de cuidar la imagen presidencial, la Secretaría de Salud debería adelantarse a medidas que alejen aún más el coronavirus. Que quede constancia que lo señalamos a tiempo.
Corazón que sí siente
Mike Cabrera era camarógrafo de El Heraldo TV. A sus 25 años, encontró la muerte por un doloroso accidente en casa. Recordamos con afecto a nuestro compañero que nos dejó una enorme lección: cuidarnos en todo momento porque la muerte nunca avisa. Descansa en paz, amigo.
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POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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