México se sumó a los 137 países que, según la UNESCO, han decretado el cierre temporal de todas las escuelas. La medida de distanciamiento social busca minimizar la transmisión del COVID-19, pues estudios epidemiológicos han mostrado que las niñas y niños tienen la misma probabilidad de ser infectados que los adultos, aunque tienen menor posibilidad de desarrollar los síntomas de la enfermedad.
El cierre de escuelas implica un doble reto para el sistema educativo y las familias mexicanas: uno, proporcionar materiales educativos pertinentes, accesibles e inclusivos; y dos, dar continuidad a losaprendizajes de las niñas, niños y jóvenes.
El primero implica asegurar un flujo constante y variado de materiales educativos retadores y provocativos. El segundo conlleva promover y facilitar las relaciones de aprendizaje en casa. El reto es mayúsculo, pues pone a prueba la solidez de las relaciones de las y los maestros con sus estudiantes, de las autoridades escolares con madres y padres, y por supuesto las existentes entre los miembros de cada familia.
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Una de las soluciones que se ha adoptado de inmediato en todo el mundo, y México no es la excepción,ha sido la oferta de recursos educativos digitales y por televisión. La SEP, entre otras medidas, puso en su página web actividades como parte de su programa “Aprende en casa”, que hasta hoy cuenta con un poco más de 20 mil visitas, cuando los potenciales destinatarios son más de 26 millones de niñas, niños y adolescentes.
El programa apenas arranca, pero la cifra es preocupante, pues aunque no pueda descartarse un posible desinterés de estudiantes, maestros y familias, es más factible que la discrepancia de cifras refleje el limitado acceso a internet. Para 47% de los hogares, los contenidos digitales no serán accesibles en principio, pues no cuentan con internet mediante conexión fija ni móvil (Inegi, 2019). Para favorecer el acceso a opciones de aprendizaje en línea, propusimos un micrositio simplificado, en la dirección http://cofre.mexicanosprimero.org/
Nos encontramos ante una importante disyuntiva de inequidad. La estrategia de “Aprende en casa” por televisión abierta y qué tanto cierra o amplía la inequidad, será el objeto de análisis de la próxima entrega. Sin embargo, el reto crece si consideramos además la diversidad de barreras para el aprendizaje y la participación que enfrentan miles de niñas, niños y jóvenes en todo el país, y que hasta ahora no han sido consideradas en estas opciones de aprendizaje en casa.
Los contenidos educativos que la SEP promueve en la contingencia aún no han considerado a niñas y niños indígenas o en situación de discapacidad. Por ende, además de soluciones en línea y programas en televisión es crucial que viremos al centro de todo: las relaciones entre las familias y maestras y maestros se hacen aún más relevantes en la contingencia, para impulsar el derecho a aprender de niñas y niños.
POR GABRIELA ANZO
INVESTIGADORA DE MEXICANOS PRIMERO
@GABRIELAANZO
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