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Milennials, lo que piensan del #8M

OPINIÓN

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Se les dice Milennials, son aquellos jóvenes nacidos durante 1982 y 1999, su adolescencia coincidió con la llegada de un nuevo milenio y para ellas y ellos el uso de la tecnología forma parte de su vida.

Ellas, sobre todo ellas, se volcaron el pasado domingo en la manifestación, en la ya histórica movilización conocida como #8M. El número de mujeres, cuyas edades fluctúa entre los 21 a 38 años, fue más que evidente. Ellas, al igual que muchas mujeres enfrentan actitudes y comportamientos que padecieron sus madres y abuelas, pero la gran diferencia es que ellas participaron activamente en el #8M y no se quedaron calladas.

Las Milennials gritaron que sufren acoso, que han sentido impotencia y rabia: “Hemos tenido terror de salir para hacer nuestra vida y cumplir con nuestros deberes, hemos llevado nuestras llaves en la mano para usarlas como arma para defendernos, hemos buscado en internet artículos de defensa personal”.

Esta columna esta dedicada a ellas, a las jóvenes que salieron a las calles para que sean escuchadas, a esa generación que se le denomina Millennials, de lo que sienten:

“La violencia no es solo aparecer muerta, violada, mutilada, quemada, la violencia viene desde que nacemos, en cada prohibición absurda, en forma de chistes, chismes, apodos, de abuso psicológico, de bullying, de insinuaciones, de la forma en que tenemos que comportarnos, de que debemos o no decir”.

Ellas y ellos, los Millennials representan un 30% de la población económicamente activa, es decir 37.5 millones de mexicanos, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), donde la mayoría son más mujeres que hombres.

“Somos “afortunadas por estar marchando por apoyo y voluntad propia y no porque perdimos a un familiar o a una amiga, marchar aunque no nos falte nada porque a muchas les falta todo. Claro que a la mayoría no nos matan, pero nos quitan las ganas de usar ese vestido, de ir a esa fiesta por temor a no regresar, de realizar algún deporte o tomar alguna materia por el maestro acosador, no nos matan pero no nos dejan vivir y nos roban nuestra tranquilidad.

“Estamos hartas de caminar con miedo, de tener que compartir ubicación en tiempo real, de que nos griten, nos chiflen, nos miren de una forma obscena y con morbo, de tener que estar pensando qué ropa usar para pasar desapercibidas, para “no llamar la atención”, crear nuestro propio toque de queda, y tener que hacer esto nuestra rutina diaria”, así nos definen lo que sienten algunas de las jóvenes millenials que asistieron a la #8M el domingo pasado.

“Si marchamos somos conflictivas, si hacemos paro somos flojas, si denunciamos somos ilusas de que nos harán caso. No te molesta la forma, te molesta el fondo. Se molestan por las protestas, los bailes, las muestras de solidaridad, de lucha, del vandalismo, de la violencia. ¿Saben lo que en verdad molesta? Las miradas morbosas, las veces que los piropos pasan a ser vulgaridades y sugieren ser tomados con gracia, la “normalización” de los chistes sexuales, de las fotografías en grupos de Whatsapp, de categorizar a la mujer. Lo que más molesta es la indiferencia, las personas, crueles, intolerantes y con falta de empatía porque aunque no hayan abusado, se vuelven cómplices con el silencio y con la burla.

“No se trata de ver a qué sexo violentan más, es contra los de sangre fría, contra los que terminan vidas sin ningún tipo de remordimiento ni castigo, contra los que causan vacíos y dolor. Las mujeres no buscamos ser más, buscamos ser iguales. Hay muchos hombres que apoyan, que salen a alzar la voz por sus hijas, esposas, hermanas, que fomentan valores e inculcan el respeto desde sus hogares. Sí contra el machismo, no contra los hombres. Calladitas no estamos más guapas, sino que un poco más muertas”.

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POR LEONEL LUNA ESTRADA
@leonellunaestrada

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