Una de las estrategias en los centros de detención migratoria en EU para empujar a los indocumentados mexicanos a firmar su deportación voluntaria es encender el aire acondicionado a todo lo que da: el frío provoca que los migrantes se enfermen y busquen huir lo más pronto posible de ahí en lugar de pelear su estancia en tribunales.
Este truco de las autoridades estadounidenses del que se quejan muchos repatriados está provocando pánico en el corredor de la deportación debido a la pandemia por el coronavirus porque los indocumentados no saben si los síntomas que presentan son consecuencia de un resfriado, una influencia o del COVID-19.
La organización New Comienzos documentó el caso de un mexicano en un centro de detención en Texas, quien, tras diversas peticiones para ser atendido por un médico y la falta de acción para que le aplicaran la prueba del coronavirus, tuvo que recurrir a un chantaje.
"Me voy a suicidar", dijo. Sólo así captó la atención en un ambiente tenso por el contacto cercano que tienen los indocumentados sin ningún protocolo de actuación en los diversos centros para deportación en la Unión Americana. En el peor de los casos, los envían en los aviones hacia México con síntomas, según algunos testimonios recopilados en Guadalajara.
En los aeropuertos hay un protocolo para atender ese tipo de casos, pero, ¿se atenderá a los cientos de indocumentados que regresan por tierra en la frontera en calidad de deportados y que vivieron en zonas de riesgo de contagio?
A lo largo de la frontera México- EU, las medidas sanitarias entre países (como medir la temperatura entre quienes cruzan de un lado a otro) aún no se aplican; mexicanos y estadounidenses que pueden ir y venir como siempre, sin ninguna restricción ante el temor de que se golpee una economía dolarizada que ronda los 230 mil millones de dólares anuales.
El Colegio de Médicos de Tijuana hizo un llamado a tomar precauciones como la higiene de manos y evitar lugares cerrados como cine y teatros, pero no quieren pensar en un cierre ni siquiera de horas.
Desde otro frente de batalla, la organización de derechos humanos Alianza alertó sobre el riesgo de propagación y falta de atención que significan 60 mil inmigrantes que se encuentran en México en espera de asilo en Estados Unidos.
Solicitantes pretendían ser atendidos en EU, pero el 11 de marzo la Corte Suprema determinó que Trump puede continuar aplicando la política "Quédate en México" mientras se analiza los casos de asilo o refugio.
La decisión que se anunció el mismo día que la OMS declaró al COVID-19 una pandemia deja a miles de centroamericanos vulnerables en los improvisados refugios en México igual que los mexicanos en el corredor de las deportaciones. ¿Los mirarán en los respectivos sistemas de salud?
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POR GARDENIA MENDOZA
PERIODISTA
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM
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