¿Y dónde está el piloto?

Entre rifas, giras gastronómicas, conferencias mañaneras, el Presidente no ha dado muestra de estar preparado, o interesado, en enfrentar la tormenta que toca las puertas de México

Además de ser el título de una película cómica clásica, ésa es la pregunta que millones de mexicanos nos hacemos. ¿Dónde está el Presidente cuando más se necesita un liderazgo con credibilidad? ¿Por qué no está enfocado en hacer su trabajo, que es gobernar con sensatez? ¿Qué gana con sus ejercicios diarios de propaganda que ya nadie cree?

Y es que la credibilidad es un valor crucial para los gobiernos, pero es algo que debe construirse y cuidarse a diario, justo lo contrario de lo que ha hecho AMLO.

De acuerdo con el taller de comunicación política SPIN, entre diciembre de 2018 y febrero de 2020, el Presidente de la República ha vertido en sus 314 conferencias mañaneras más de 21 mil afirmaciones no verdaderas.

Otra característica del grupo en el poder es la falta de capacidad para hacer funcionar el gobierno, muestra de ello es el desabasto de medicinas para niños con cáncer; las pérdidas crecientes en Pemex; la inseguridad en aumento y el estancamiento económico del país. Además del cierre de guarderías y de refugios para mujeres víctimas de violencia; la cancelación de un aeropuerto en construcción; bloqueos de trenes, sin atención en 2019 y 2020 y proyectos sin rumbo claro como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o el aeropuerto de Santa Lucía.

A ese gobierno es ahora al que le toca enfrentar situaciones críticas sobre las que no tiene control alguno, como la amenaza del coronavirus y la guerra de precios del petróleo.

El COVID-19 llegó a México en febrero, para el 2 de marzo ya había cinco casos y para el 9 de marzo siete, un 40 por ciento más. Estas cifras pueden estar subestimadas si comparamos los datos de otros países en el mismo periodo y en el mismo continente. Estados Unidos pasó de 16 a 213 casos, 1,231 por ciento más; Brasil de dos a 25 casos, 1,150 por ciento más y Ecuador, de seis a 15 casos, 150 por ciento más.

Con estas cifras se podría inferir que en México hay más casos de coronavirus que los reportados por el gobierno, quizá por una minimización intencional o por incapacidad técnica para detectarlos. Mientras tanto, el coronavirus sigue avanzando en el mundo a un ritmo de más de tres mil casos confirmados al día. No es difícil imaginar un escenario en el que la gente empieza a fallecer de esta enfermedad –como ocurre en otros países– sin que el gobierno lo reconozca.

En el ámbito económico nacional, el gobierno provocó la recesión de 2019 por la falta de inversión pública e incertidumbre para la inversión privada. Ahora se suma la amenaza de desaceleración global por el coronavirus y por la guerra de precios del petróleo, que detonó Arabia Saudita el fin de semana y que hizo del día 9 un lunes negro para los mercados bursátiles de todo el mundo, además de llevar al tipo de cambio por arriba de los 21 pesos por dólar.

Ante esta realidad, México requiere un gobierno con amplia capacidad, credibilidad y responsabilidad, pero no lo tiene. Entre rifas, giras gastronómicas, conferencias mañaneras y videos recomendando zonas arqueológicas en el interior del país, el Presidente no ha dado muestra de estar preparado, o interesado, en enfrentar la tormenta que toca las puertas de México.

Las opciones son pocas para México, y aunque quisiera terminar este artículo diciendo que “ojalá el gobierno cambie de rumbo”, la experiencia nos demuestra que a este piloto le gusta meter al avión por las peores zonas de turbulencia. [nota_relacionada id=892370]

POR FAUSTO BARAJAS

ESPECIALISTA EN POLÍTICAS PÚBLICAS

@FAUSTOBARAJAS

FAUSTO1707@YAHOO.COM.MX

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