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La importancia de los Think Tanks

OPINIÓN

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La semana pasada se dio a conocer la edición 2019 del Índice global de Think Tanks, elaborado por el Programa de Sociedad Civil y Think Tanks (TTCSP, en inglés) de la Universidad de Pensilvania. Desde hace catorce años, el TTCSP elabora este estudio que al día de hoy evalúa a más de 8 mil centros de pensamiento en el mundo.

El Índice analiza la evolución y naturaleza de las organizaciones dedicadas a la investigación y liderazgo en políticas públicas. A partir de la Segunda Guerra Mundial, los think tanks se desarrollaron impulsados por la revolución tecnológica, el fin del control oficial sobre la información, la creciente complejidad de las políticas públicas, la globalización y el surgimiento de actores no gubernamentales con incidencia y credibilidad.

De entrada, los números dan cuenta de la importancia dada a estas actividades. En Europa existen 2219 think tanks, mientras que en la región de Norteamérica hay 2057 (100 en Canadá, 1871 en Estados Unidos y 86 en México). Centro y Sudamérica tienen 1023; Asia registra 1829 y el continente africano 1119.

Sin embargo, en los últimos años se ha registrado un descenso de actividades a la par de un ambiente político y regulatorio hostil hacia las labores de investigación y de activismo (en el caso de ONGs).

Por ello, de manera simultánea a la publicación del Índice, el TTSCP convoque a seminarios en casi 130 ciudades sobre la importancia de los Think Tanks. La reflexión es relevante porque, a diferencia de los debates académicos, los centros de pensamiento buscan ser el espacio para el diálogo, discusión y elaboración de propuestas que informen e incidan en las políticas públicas. Esto es, investigación, conocimiento y acciones traducidos en bienes tangibles para las sociedades y los gobiernos.

Autoridades y legisladores, sea en países desarrollados o emergentes, enfrentan el reto de legislar y tomar las mejores decisiones, para lo cual requieren de informacíón seria, documentada, accesible y útil. Ese es el reto de los think tanks: buscar alternativas y soluciones a los problemas comunes, al margen de las presiones de gobernabilidad cotidiana y de los vaivenes políticos.

Y para mantenerse vigentes, deberán atender las preocupaciones ciudadanas y traducirlas a los poderes públicos, al tiempo que comuniquen de manera eficiente los beneficios de las mejores prácticas y experiencias en los ámbitos doméstico e internacional. A pesar de los enormes progresos y avances tecnológicos, las sociedades del siglo XXI siguen enfrentando problemas complejos que requieren preparación y capacidades técnicas. La improvisación o las recetas simplistas no son la solución.

Como el Índice lo indica, el objetivo es ayudar a cerrar la brecha entre el conocimiento y las políticas públicas, entre gobiernos y sociedad civil. En última instancia, por eso importan los Think Tanks. [nota_relacionada id=832472]

POR VERÓNICA ORTIZ

VORTIZORTEGA@HOTMAIL.COM 

@VERONICAORTIZO

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