En el extendido mapa de comunidades desgarradas por la violencia ocasionada debido al abandono institucional y la presencia del crimen organizado destaca, de manera trágica, el municipio de Chilapa de Álvarez, en la montaña de Guerrero.
Se localiza en una región de alta marginación donde, por años, se han dado conflictos entre comunidades indígenas y campesinas por límites de tierras.
Donde la violencia y la limitación de las autoridades en materia de seguridad propiciaron el surgimiento de grupos de autodefensa que en ocasiones se han confundido con aquellas policías comunitarias que responden a una asamblea.
También es una región apta para el cultivo y trasiego de amapola y otros enervantes.
Estas circunstancias han contribuido a detonar la violencia en la región.
En la montaña de Guerrero prevalece el delito de homicidio, la desaparición y secuestro de personas, violación de derechos humanos, corrupción, falta de servicios de salud, educación.
El pasado 17 de enero la magnitud y crueldad de su violencia impactó al mundo entero al darse a conocer la localización de los cuerpos calcinados de 10 músicos indígenas.
Se supo luego que ocho de los músicos eran policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, que acusó del multihomicidio al grupo delincuencial Los Ardillos, en pugna con ellos.
Días después se publicaron fotografías de los “niños soldados”, huérfanos y familiares de los músicos ejecutados, uniformados como policías comunitarios, con la cara cubierta, en pleno adiestramiento, portando rifles, para formarse y suplir a los fallecidos y continuar su autodefensa.
Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación ofrecer a estos niños; y a población infantil y juvenil de México, un futuro distinto. Un futuro de oportunidades con educación, salud y servicios de infraestructura.
Por ello, esta semana presenté en el Senado un punto de acuerdo a fin de que las instancias del gobierno federal y del estado de Guerrero, en el ámbito de sus competencias, coordinen y brinden condiciones de bienestar social en la región de Chilapa de Álvarez.
Que se ponga particular atención a la niñez, así como en la resolución de los problemas agrarios, en la reconstrucción del tejido social y en la regulación de la policía comunitaria.
Asimismo, planteé la creación de un grupo plural de trabajo en la Cámara Alta que dé seguimiento a la problemática y proponga acciones para contribuir a atender la situación. Es una situación urgente de atender. No la podemos olvidar.
Que el adiestramiento de niñas y niños sea, no en las armas, sino en la tradición artesanal, en la música, en las expresiones de su cultura y para la recomposición del tejido social.
Que en su futuro prevalezca únicamente la libertad de tener que decidir entre creación, una profesión o la milpa en un ambiente de seguridad y tranquilidad. [nota_relacionada id=833411]
POR XÓCHITL GÁLVEZ
SENADORA DEL PAN
@XOCHITLGALVEZ
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