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La mujer a la sombra de Picasso

Dora Maar seguramente te suena poco conocida; sin embargo, pudo ser una de las artistas más reconocidas del siglo XX desde hace décadas. El problema es que era una mujer a lado de un hombre poderoso, y como origen o consecuencia, su sombra.

OPINIÓN

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En 1936, a sus 29 años, la fotógrafa surrealista conoció a Pablo Picasso. Él, un artista ya consagrado, la sedujo y convirtió en protagonista de muchas de sus obras. Tristemente, y a pesar de su prolífica creación, ser musa de Picasso fue un título por el que se dio a conocer, mientras que su arte se mantuvo en la oscuridad.

Conocer la vida de Dora Maar nos deja un sabor amargo. Mucho se ha destapado de la violencia física y emocional que le causó Picasso, (incluso no sólo a ella, sino a todas sus parejas) y la triste dependencia de la artista francesa hacia el español, que la llevó a terminar en un hospital psiquiátrico.

Ya sea por su condición de fotógrafa, en una época donde poco se apreciaba como arte dicha actividad, o por estar vinculada de forma romántica con un hombre influyente, el arte de Dora quedó eclipsado, demostrando lo difícil que ha sido para las mujeres convencer al mundo, incluso a nosotras mismas, de que podemos ser realmente buenas.

Sin embargo, sus más de 500 obras, donde explota la fotografía documental, los fotomontajes abstractos y la pintura abstracta y geométrica, nos revelan una artista audaz, misteriosa, poética y versátil.

A casi 100 años de su clímax artístico, su figura se abre paso para ser reconocida como un ícono del surrealismo. El año pasado, el Centro Pompidou en París, organizó su más grande muestra. La exhibición llegó a principios de año a la Tate en Londres y el próximo mes toca en el Getty Center.

Ahora que estamos en medio de la discusión de la igualdad y la subrepresentación de las mujeres, ojalá alguien volteara a ver esta muestra para traerla, y tener un pretexto más para resignificar el valor que tenemos.

ARTE. Fue pintora, fotógrafa y escultora. Foto: Especial

POR LILIA SOREN
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