ALIANZA FEDERALISTA

Gobernadores federalistas, el fracaso

Sabían que su única posibilidad de mover un centímetro el Pacto Fiscal era mediática

OPINIÓN

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Ernesto Villanueva / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El movimiento de los gobernadores federalistas fue sólo una estrategia político-mediática, de carácter electoral, sin posibilidades de traducir en acto sus afanes. Veamos.

1.- Del ultimátum, la amenaza y el amago, los federalistas pasaron a la petición no ante el Presidente de la República, el titular de Hacienda o la de Gobernación, que no los recibieron, sino ante los espacios que pudieron conseguir para hacer llegar sus pretensiones a la Cámara de Diputados

2.- Sabían de antemano que su única posibilidad de mover un centímetro el Pacto Fiscal era sólo la presión mediática que no vota en la Cámara de Diputados y donde los márgenes de acción son prácticamente inexistentes porque ese ese esquema es de suma cero, es decir, lo que le pueden otorgar a un gobierno estatal al margen del Pacto Fiscal necesariamente implica que otro estado dejará de recibir esa participación federal.

3. Los federalistas no tienen los votos para cumplir amago o amenaza alguna porque no pueden lograr la mayoría simple para reformar la Ley de Coordinación Fiscal, donde está previsto el Pacto Fiscal, ni menos la mayoría calificada para dejar el Pacto Federal. 

4.- El gobierno del presidente López Obrador siempre supo que nunca tuvieron las posibilidades de cumplir sus amenazas porque la estructura del Pacto Fiscal tiene como principal beneficiario no a los gobiernos de Morena, sino al del Estado de México, del PRI, quien recibe el mayor porcentaje de participaciones federales y, claro está, hará hasta lo imposible porque no cambien las reglas del juego en su perjuicio.

5.- Los federalistas engañaron a la opinión pública al afirmar que la reducción de sus participaciones federales trae consigo menor inversión en sus estados. Esto es una falsedad, la Federación tiene programas y acciones en todas las entidades federativas. Lo que cambiaría, en todo caso, es quién maneja los recursos públicos en una época electoral, que era lo que buscan los gobernadores disidentes. Estos que viven el ocaso de un movimiento destinado desde el principio al fracaso al apostar a los medios de presión del pasado.

6.- Es increíble que los federalistas no hayan aprendido que en este nuevo régimen las campañas en medios no son redituables; antes bien, garantizan que se fracturen puentes de comunicación con el titular del Poder Ejecutivo federal. Lo están no sólo viendo, sino resintiendo.

7.- En unos días más se observará que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 no cambiará, en modo alguno, prácticamente ninguna coma para recompensar el chantaje ilusorio de los federalistas. Así ¿o más claro?

POR ERNESTO VILLANUEVA
ernestovillanueva@hushmail.com
@evillanuevamx