DESDE AFUERA

EEUU: Ante una transición histórica

Una victoria de Trump no está descartada y nadie se sorprendería por las maniobras que puedan usar

OPINIÓN

·
José Carreño Figueras/ Desde Afuera/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

El titular periodístico es preciso: "las encuestas son bastante firmes, los nervios de los votantes son otra cosa".

El titular de The New York Times resulta apropiado para un país en vísperas de lo que puede ser una transición histórica.

A sólo horas de que termine la que muchos consideran como una elección pivotal para el futuro de Estados Unidos, hay por lo menos nerviosismo, incluso temor, respecto a lo que hará el presidente Donald Trump.

Pocos dudan, en el fondo, de que sea derrotado, de que perderá por segunda vez el voto popular y de que esta vez la derrota lo alcanzará también en el Colegio Electoral.

Pero la posibilidad de una victoria de Trump no está descartada y nadie se sorprendería por las maniobras que puedan usar el mandatario o sus aliados para evitar o tratar de impedir su derrota. De hecho esperan de todo, desde intentos de amedrentamiento a votantes hasta amenazas de violencia poselectoral.

Y por supuesto, el plato fuerte: recursos legales para apoyar peticiones de anulación de votos impropiamente marcados o cuestionables, aun sea por una raya fuera de lugar.

Y nadie se sorprendería. Una mayoría podría sentirse disgustada, agraviada y hasta encolerizada por esos recursos, pero de hecho esperan que al menos lo intenten.

Porque, si por un lado, estos comicios son un referendo respecto  a Trump y su gobierno, lo que está efectivamente en juego es la transición en este país, de una mayoría étnica en proceso de convertirse en la principal minoría, al predominio de una coalición diversa en todos los sentidos.

La coalición de votantes convocada por los demócratas puede ser definida como étnica, sexual y generacionalmente diversa, multicultural, plurirreligiosa y de estilos de vida divergentes. Como bloque, representa sin duda a la mayoría de los estadounidenses. Pero no es un grupo monolítico ni cada una de sus partes lo es. 

Trump y su estilo narcisista, sus políticas del resentimiento, pueden ser el aglutinador de una buena parte de la población estadounidense, pero lo que está en juego va más allá. Es efectivamente a quién pertenece Estados Unidos y qué tipo de país desean ser.

Joe Biden y la coalición demócrata representan de hecho esa nueva diversidad, esa nueva mayoría. De hecho, la propia fórmula electoral demócrata parece puesta así deliberadamente: un representante blanco, católico, de la vieja guardia liberal, que se hace acompañar como compañera candidata por Kamala Harris, que puede definirse como liberal, feminista y de razas mezcladas.

Sí, puede afirmarse que la de hoy martes es una elección entre el pasado y el futuro, entre el EEUU que fue y el EEUU que van a ser, en lo interno y lo que serán en su relación con el mundo. Y sí, también puede centrarse alrededor de Trump, que representa algunos de los valores y muchos de los defectos del pasado. 

Pero el nerviosismo es adecuado: hay mucho más en juego

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1