En materia de alianzas electorales, Nuevo León se convirtió en un laboratorio para lo que viene en los comicios de 2021 y demostró que el agua y el aceite (PRI y PRD) son capaces de mezclarse para postular a un candidato.
Lograron lo inimaginable y de paso cancelaron la posibilidad de que el PAN pudiera armar un bloque distinto para derrotar en las urnas a la eventual candidata de Morena y el PVEM, Clara Luz Flores.
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La semanada pasada, Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, convenció a su homólogo del PRD, Jesús Zambrano, de ir juntos con el abanderado tricolor (Adrián de la Garza, el favorito de las encuestas), a pesar de que Los Chuchos ya tenía un acuerdo con Acción Nacional, firmado por la dirigente local del sol azteca, Silvia Elizondo. Los panistas les habían ofrecido alcaldías, diputaciones locales y la presidencia del Congreso local, así como hacer campaña para evitar que perdiera su registro.
“Les pusimos sobre la mesa lo que nunca nadie les había dado”, me comentó un panista que participó en las negociaciones.
Sin embargo, el 19 de noviembre, unas horas antes de que venciera el plazo para registrar las alianzas, el PRD y el PRI anunciaron que iban juntos.
Los panistas acusan a Zambrano de traición porque él sabía que el blanquiazul nunca caminaría con el PRI.
Están agraviados con el tricolor, porque, en otras elecciones, les robaron alcaldías, con las prácticas más antidemocráticas que
puedan existir.
Por esa razón era imposible pensar que el PAN se sumaría a una alianza con los priistas y menos cuando ven en Alito a un morenista de clóset que sólo trabaja para cuidar su pellejo.
Además, advierten que el bloque PRI-PRD está hecho para debilitar a la oposición, alejando la posibilidad de construir uno que pueda arrebatar la mayoría a Morena en San Lázaro.
Y lo más extraño de lo ocurrido en Nuevo León es que, el 31 de octubre, cuatro partidos (PRI, PRD, PAN y MC) se sumaron a la
iniciativa Sí por México, que encabeza el empresario Claudio X. González, cuyo objetivo es hacer un contrapeso al gobierno de López Obrador.
Todo mundo dio por hecho que ésa sería la tónica de las alianzas. Pero ya vimos que no fue así. Y eso también pone en riesgo el
futuro de Sí por México.
Por otro lado, la ruptura del PAN con el PRD ya es un hecho. Los meterá en aprietos en los estados que ya habían perfilado alianzas, como Baja California y Michoacán. Pero también en la designación de candidatos a San Lázaro.
“Quien reventó la alianza fue Zambrano. Se alió con el PRI cuando ya sabía de antemano que existía un acuerdo para ir con el PRD y candidatos Independientes. Chucho se convirtió en el operador número uno de Alito y de la 4T, me dijo un integrante del CEN del PAN, quien advirtió que será muy difícil recuperar la confianza en el sol azteca, quien puso en jaque a toda la oposición.
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Con todo y que expresaron su inconformidad con el acuerdo del INE, para que los partidos designen a siete mujeres en las 15
gubernaturas que estarán en disputa el próximo año, la dirigencia de Morena, encabezada por Mario Delgado, tiene ya el nombre de cinco de ellas, que buscarán un gobierno estatal.
En el caso de Tlaxcala perfilan a Lorena Cuéllar Cisneros; en Nuevo León, a Clara Luz Flores; en Campeche, a Layda Sansores; en Colima, a Indira Vizcaíno, y en Baja California Sur, a Lucía Trasviña.
Les faltan dos estados para cumplir con la cuota que les impusieron, y una de ellas, podría salir de Chihuahua, en donde Morena tiene la posibilidad de fichar a la actual alcaldesa de la capital, la panista María Eugenia Campos, a quien el gobernador del estado, Javier Corral, está empujando a renunciar porque quiere imponer a un candidato suyo.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En la guerra, como en los negocios y las contiendas electorales, divide y vencerás”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ
ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ALFREDOLEZ