México está de luto. Hemos alcanzado los 100 mil fallecimientos por COVID-19 y a estas alturas todos ya hemos perdido amigos, familiares y compañeros de trabajo frente a la pandemia. Somos el cuarto país con más defunciones y el primero tanto en tasa de mortalidad como en muertes de personal del sector salud.
Sin lugar a duda la pandemia ha sido mal manejada por las autoridades. Desde un inicio, cuando el presidente López Obrador la desestimó y llamó a seguir saliendo y a “abrazarse” era notorio que no estaba listo para enfrentar la amenaza y cuando, en un gesto de total insensibilidad dijo que la pandemia “nos había caído como anillo al dedo”
La vocería del doctor López-Gatell ha sido uno de los factores más dañinos durante la pandemia, porque lejos de aportar una visión epidemiológica o científica, ha servido para reforzar los mensajes ambiguos del presidente López Obrador y mientras en todo el mundo los médicos sugieren medidas como el uso de cubre-bocas, la sana distancia y permanecer en casa, el México, el médico encargado de la pandemia hablaba del “poder moral” frente al “poder de contagio” y predijo como el escenario más catastrófico posible alcanzar las 60 mil muertes.
El presidente López Obrador y su partido Morena se ha tomado tan poco en serio la pandemia que hace unos días, una semana antes de alcanzar los 100 mil fallecimientos, en el marco de la aprobación del prepuesto para el 2021 se les olvidó prever la compra universal de la vacuna contra el COVID-19 e hicieron una reducción por alrededor de 9,000 millones de pesos al sector salud que afecta directamente al abasto de medicamentos y a la atención de enfermedades como el cáncer o el VIH.
Somos el país que menos pruebas ha hecho por cada caso confirmado y contrario a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se siguió el llamado “modelo centinela”; por ello ni siquiera contamos con cifras confiables de los totales. Desde septiembre Amnistía Internacional publicó que México era el país con mayor cantidad de muertes dentro del sector salud por COVID-19 y alcanzar el 9.8% de letalidad (que quiere decir que 10 de cada 100 enfermos fallece) es estar casi cuatro veces por encima del promedio mundial. Los siguientes países con mayor letalidad son Italia con el 5.9%, Egipto 5.8% e Irán 5.7%.
El mal manejo de la pandemia sumado a la soberbia de las autoridades federales se ha traducido en más de 100 mil familias de luto. Si siendo el país con mayor índice de letalidad y el que más personal de salud ha perdido por falta de insumos adecuados no quedó claro que era necesario un cambio de estrategia, que el silencio de 100 mil familias de luto se haga escuchar.
POR JUAN CARLOS ROMERO HICKS
@JCROMEROHICKS