En vísperas del tercer año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, contamos con bases más sólidas respecto de nuestra política exterior hacia América Latina. En dos intensos años, nuestra estrategia de “mirar al sur” ha rendido frutos.
La punta de lanza fue la presidencia pro tempore (PPT) de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la cual apostamos por la unidad regional. Recibimos una organización enferma y paralizada, y la revitalizamos con apoyo de la membresía para reconvertirla en un organismo relevante, particularmente a la luz de la pandemia. Nuestro país empleó su capital diplomático para sentar las bases mínimas para la cooperación, y usó su liderazgo y capacidad de diálogo.
Es de destacar que en momentos cuando los países ven hacia su interior, México optó por ver hacia la vecindad y desde su posición en la CELAC procuró el acceso regional de la próxima vacuna de AstraZeneca-Oxford que producirán México y Argentina. También logramos una cooperación inédita respecto a la repatriación mutua de nacionales varados; más de 60% de los retornados fueron desde nuestra región: en total, más de 11 mil. La mirada al sur pasa obligadamente por Centroamérica. El Plan de Desarrollo Integral (PDI) es un programa insignia de la cooperación mexicana en los países del Triángulo de Norte, a fin de atender las causas que originan la migración irregular. El PDI fue el primer acto de política exterior de la administración, toda vez que el 1 de diciembre de 2018 México, El Salvador, Guatemala y Honduras firmaban las bases para el plan, respaldado por la CEPAL y la comunidad internacional.
Ha habido momentos complejos, y México no ha titubeado en hacer valer su voz, siempre con base en los principios de política exterior. Nuestro país ha denunciado extralimitaciones de foros como la OEA, y revivió la tradición del asilo, timbre de orgullo de nuestra política exterior, que ha vuelto a emplear como una de las mejores causas humanitarias. Las acciones de México han encontrado el respaldo regional. Un ejemplo, el refrendo unánime para que México ocupe la PPT de la CELAC por un año adicional. Otra muestra es que la región ha logrado unirse para respaldar aspiraciones mexicanas, ya sea en el Consejo de Seguridad de la ONU o la otrora candidatura a la Organización Mundial del Comercio, que más allá de representar objetivos nacionales, mostraban una unidad que no se había visto en años.
Tampoco es de extrañar que las principales visitas de mandatarios a México sean desde nuestra región. En dos años, recibimos a presidentes y presidentes electos de Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala y Panamá. Iniciamos el tercer año de gobierno motivados y esperamos abonar a lo construido en este par de años.
Por: Maximiliano Reyes Zúñiga
Subsecretario para América Latina y del Caribe de la SRE