LÍNEA DIRECTA

El espejo

La llegada de Trump a la presidencia y la imposición de una agenda antimexicana en el sentido más amplio del término, abrieron las heridas

OPINIÓN

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Ezra Shabot/ Línea Directa/ Opinión El Heraldo de México. Foto: EspecialCréditos: Foto: Especial

Las sociedades mexicana y norteamericana son sustancialmente distintas. La primera, mayoritariamente mestiza pero plural en su conformación social, mientras la segunda es un ejemplo de la construcción nacional basada en la inmigración proveniente de distintas zonas del mundo. Sin embargo la vecindad ha generado una influencia mutua que se expresa de forma compleja en ambas partes

Y esto sucede en el ámbito cultural y social. La admiración por el nivel de vida alcanzado en los Estados Unidos se contrapone al odio ancestral de la identidad mexicana por lo gringo. Por los abusos de la potencia que invadió y se quedó con la mitad de territorio nacional. Estos agravios se fueron reduciendo con la propia emigración mexicana a los Estados Unidos, la cada vez mayor integración de las dos economías y la cooperación de los diferentes gobiernos desde la firma del TLC y hasta hace unos años. 

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La llegada de Trump a la presidencia y la imposición de una agenda antimexicana en el sentido más amplio del término, abrieron las heridas que se habían cerrado tras años de acuerdos y cooperación a pesar de diferencias significativas en el tema migratorio.

El gobierno de López Obrador adoptó políticas similares a las de Trump en el terreno energético, en la cerrazón internacional, colaborando con él de manera significativa al contener la migración centroamericana y aceptando la deportación de éstos de manera masiva.

En cierta forma las personalidades y proyectos políticos de AMLO y Trump coincidían en las agendas y de ahí el acercamiento mutuo a pesar del desprecio del norteamericano hacia nuestro país y su gente. Ambos eran la imagen de su propia figura reflejada en el otro en un juego de espejos difícil de conciliar en la realidad, y por eso el triunfo de Biden generó resistencias en el gobierno mexicano para su reconocimiento inmediato.

Más allá de los desplantes de López Obrador hacia los demócratas y Biden, el problema central para México radica en la contradicción de proyecto entre las partes. Mientras la apuesta mexicana en energía y medio ambiente va por la cerrazón ante la inversión extranjera y el retorno a la explotación del carbón, los Estados Unidos de Biden estarían deteniendo esa tendencia impulsada por Trump para regresar a la explotación de energías limpias, la protección del ambiente, y principalmente un impulso al proceso de apertura y globalización interrumpido por Trump.

El populismo mexicano y su presidente no son compatibles ni con el modelo económico de reconstrucción propuesto por Biden incluso en el propio TMEC, ni mucho menos con el estilo personal de gobernar de un político decente y respetuoso del estado de derecho. El espejo dejará de funcionar.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT