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La nueva Fiscalía

Es una oportunidad para la desgastada procuraduría de acercarse a la gente

OPINIÓN

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Hoy es el último día en el que los capitalinos nos podremos referir a la Procuraduría de Justicia local como tal, en el primer minuto del viernes, ésta se convertirá en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y su titular, Ernestina Godoy, después de mucha polémica, dejará de ser procuradora para ser fiscal.

Hace unas horas, estuve con ella en su oficina, la que me otorgó será la única entrevista que dé en los días previos a ocupar formalmente el cargo. La transición, ha durado meses, hoy le ocupaban cosas estéticas como qué tono de azul tendrá el nuevo logo, qué tipografía tendrá el back”—como le decimos quienes nos dedicamos a la televisión a la escenografía detrás de una conferencia— y si las letras serán mayúsculas o minúsculas. Lucía tranquila: “No será fácil, habrá resistencias”, me dijo.

Ernestina Godoy no sólo tiene una cercanísima relación con la jefa de Gobierno, sino con el Presidente, lo que le costó durísimas críticas en su proceso de elección, a eso refería, aunque fue discreta.

Se obsesiona con algunos casos, con casi todos, me confesó. Habla de algunos con pasión. “No puedo agarrarlo, tengo todo, videos, fotos, conozco hasta su tatuaje y no lo encuentro” —dijo del asesino de la activista Cristina Vázquez en la Condesa.

El cambio de nombre y el nuevo logo, sin importar la tonalidad de azul que tenga, no hará ninguna diferencia para la gente, para los cientos de personas que todos los días intentan denunciar un delito del que han sido víctimas, para una mujer será igual de humillante que el MP que la reciba para denunciar un abuso sexual la cuestione por traer falda corta y top, aunque sea en una flamante fiscalía.

El trabajo por delante es enorme, y el cambio que empieza mañana es una oportunidad de oro para la titular, de legitimar su nombramiento sí, pero sobre todo para la desgastada procuraduría de acercarse a la gente, de hacer que los capitalinos nos atrevamos a dirigirnos a ella a denunciar, de lograr que tengamos la certeza de que los delincuentes van a pagar su crimen en prisión, y de mejorar la percepción de la gente en medio de una crisis de inseguridad sin precedente, con carteles de la droga instalados y operando abierta y descaradamente en la ciudad.

¿Por qué tendríamos que creerle si lo único que va a cambiar es el nombre?

“Porque quien no se atenga a la nueva forma de operar, se puede ir a su casa, y si no se van, habrá sanciones”, me contestó.

POR DANIELLE DITHURBIDE
DANIELLE2@TELEVISA.COM.MX
@DANIELLEMX_

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