De las tarifas eléctricas y otras historias

Entre los ciudadanos existen dos grandes problemas acerca de las tarifas que pagamos por la energía eléctrica, su costo y la falta de información y conocimiento sobre cómo son calculadas.

Toda tarifa debe reflejar el costo de cada servicio bajo principios de eficiencia, transparencia y factibilidad, que permita también al proveedor tener certeza de generar el ingreso suficiente para permitir su operación en condiciones de calidad, seguridad y confiabilidad, de tal forma que podamos recibir un buen servicio a un precio justo.

A partir de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), se mandara la separación de los eslabones que conforman el suministro eléctrico, lo que permite identificar el costo de cada uno y se fomenta mantener la correcta operación integral del sistema eliminando los subsidios cruzados, es decir, se tiene la oportunidad de identificar claramente donde se ubican las áreas de oportunidad, como por ejemplo la cantidad de personal operativo, el presupuesto que se destina a cada rubro, las tecnologías son las correctas, etc.

Los componentes que integran el servicio de energía eléctrica son la generación, transmisión, distribución y comercialización, de los cuales la transmisión y distribución permanecen como actividad estratégica y en consecuencia sólo el estado mexicano tiene la facultad de realizarlos. Todos estos conceptos son los que vemos en nuestros recibos y que aparecen desglosados, sin embargo, prevalece desconocimiento y desinformación sobre cómo se compone el costo de las tarifas entre la población.

Adicionalmente, la SHCP tiene la facultad de determinar las tarifas a usuarios domésticos, que difieren de las aprobadas por la Comisión Reguladora de Energía (que las determina basándose en los costos integrales del sistema eléctrico), por lo que dicha diferencia es el subsidio que nos otorga el gobierno lo vemos etiquetado en nuestros recibos con la leyenda “apoyo gubernamental”.

Para el cálculo que hace la CRE de las tarifas de suministro básico cabe aclarar que se buscaron las mejores condiciones posibles al reconocer los costos eficientes de las centrales legadas (los generadores propiedad de CFE y las privadas ya existentes), por lo que varias centrales no fueron contratadas por su ineficiencia, principalmente las que operaban con combustóleo y diésel, muchas de éstas se encuentran en proceso de cierre o transformación. Hoy vemos la intención de reactivar o inclusive crecer las que operan con carbón y combustóleo, esto sería un desacierto a largo plazo para el sistema eléctrico, nuestra salud y el medio ambiente.

En nuestro país existe un gran potencial de generación de energías limpias y renovables que como todas tienen pros y contras, pero es la clave para poder tener tarifas más competitivas (por su bajo costo) y diversificar las fuentes de generación, el reto es tener una matriz de generación eléctrica equilibrada que permita aprovechar las ventajas de cada tecnología como son la estabilidad y calidad de la electricidad, su capacidad de respuesta, el costo de mantenimiento y de los combustibles utilizados, etc.

Uno de los nuevos instrumentos que está incidiendo de manera positiva en los costos que se paga en hogares, comercios y pequeñas industrias es la generación distribuida, que consiste en invertir en paneles solares, si bien el costo de inversión es cada vez menor, es importante implementar programas y políticas públicas que permitan acceder esta herramienta.

Finalmente, es necesario establecer mecanismos más claros y transparentes de cobro de la energía, particularmente en hogares, son muchos los mexicanos que manifiestan su malestar por el costo de electricidad, pero sobre todo por desconocer cómo se calcula.

POR JORGE LAVALLE
SOCIO DEL DESPACHO ACCURACY LEGAL AND CONSULTING
JLM@ACCURACY.COM.MX
@JLAVALLEMAURY


lctl