Genaro García Luna está cerca de llegar a un acuerdo con la Fiscalía Federal del Distrito Este en Brooklyn que lo acusa por narcotráfico y falsedad de declaración.
Avanza en un diálogo que impactaría en la manera en que se desarrollaría su juicio –si es que lo hay–, y que lo llevaría a compartir información sobre los nexos entre autoridades y criminales en México y EU.
Con el acuerdo, buscaría salir airoso, aunque fuentes cercanas a la estrategia, confirman que, si bien sería difícil acordar el retiro de los cuatro cargos, su defensa sí podría –por la calidad y cantidad de información que el exsecretario puede aportar–conseguir que le sean retirados algunos de ellos –o incluso reclasificarlos en parte- y obtener una pena menor.
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Fuentes enteradas del estatus de las conversaciones, comparten los ejes de las mismas y parte de lo que ya se ha puesto sobre la mesa o se colocará para que el acuerdo quede antes del 21 de enero, fecha de la próxima audiencia de García Luna que, quizás, ya no se dé.
Lo que ocurrió el 3 de enero, en la primera audiencia en Brooklyn, donde el exfuncionario se declaró “no culpable”, nos aseguran, fue parte de la ruta ya trazada por la defensa. El razonamiento es que la mayoría de los procesos abiertos en EU ––alrededor del 90%– jamás llegan a juicio. También es frecuente que el acusado se declare “no culpable”, lo que abre una posibilidad de diálogo. La Fiscalía puede negociar con la defensa de García Luna –de hecho, ya lo hace–, la reclasificación de las acusaciones o el retiro de algunos cargos. No es poco frecuente, a cambio de evitar el juicio, por los recursos que conlleva.
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García Luna quiere evitar el juicio, claro, pero si lo hay, buscará que no sea abierto y, por tanto, no trascienda lo que ahí se diga. Hablaría, pero sólo el gobierno estadunidense sabría lo que dijo, y sólo esas autoridades podrían utilizar la información vertida. Dos casos toman como ejemplo en su estrategia para pactar: el de Osiel Cárdenas, quien fuera líder del Cártel del Golfo, y Edgar Veytia, exfiscal de Nayarit.
En el caso de Cárdenas, su juicio fue privado, su pena fue menor a las varias cadenas perpetuas que puedo recibir -25 años- y los términos de la audiencia son confidenciales y permanecen en secrecía, así como el lugar donde cumple su sentencia –si es que permanece encarcelado–. El caso Veytia es similar. El exfiscal acusado de narcotráfico fue juzgado en la misma Corte que lleva el caso de García Luna, la de Brooklyn. Se declaró culpable, le dieron 20 años, pero se desconoce el lugar donde cumple su condena.
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La defensa de García Luna busca retirar los cargos por narcotráfico y buscará una pena menor por falsedad de declaración. Intentarán convertirlo en “testigo cooperante” y, por la información que conoce, calculan que hay alta probabilidad de lograrlo. Quizá lo sabremos antes del 21 de enero.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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