Sheinbaum, en acción

Fue la primera gobernante que señaló la injusticia de la decisión de un juez en detrimento de la persona y de la libertad de expresión

Parecía que iba a ser ponchada, pero la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, bateó de home run al implementar la prohibición en el uso de bolsas de plástico en establecimientos de la capital (81 por ciento de apoyo; Claudiametrics del 27 de enero). Y el martes, de nuevo ajustó bastante bien su brújula política; para un asunto se vio muy congruente, para otro se percibió... su agudo olfato.

Ante la decisión de un juez de abrir la posibilidad de embargar los bienes de Sergio Aguayo —como parte de un juicio en su contra iniciado por el ex gobernador de Coahuila Humberto Moreira—, Claudia Sheinbaum dijo no estar de acuerdo.

Aun cuando se trata de dos poderes distintos, el Ejecutivo y el Judicial locales, la opinión que da Sheinbaum tiene un importante peso político. Ya que se encuentra en la esfera pública, desde esa palestra, cobra gran dimensión la defensa que se hace de la libertad de expresión. Es una invitación a que los líderes políticos, sociales y económicos, así como todos los que participan en la formación de opinión de nuestro país, manifiesten de manera clara en qué posición se declaran para lo que hace a custodiar la libertad de expresión.

Moreira, como exgobernante y figura pública, ya lo hizo a través de sus actos. Claudia Sheinbaum, también al señalar: “la libertad de expresión y la libertad de los periodistas es algo que no debe limitarse. Además, la multa es un absoluto exceso y no va con relación a la defensa del trabajo de los periodistas”. A mi parecer, lleva razón.

El juez civil de la Ciudad de México, quien lleva el caso, decidió que Aguayo había hollado la “buena reputación” de Moreira... Poco importa que es por todos conocido que ese exgobernador guarda, bajo su deshonroso quehacer, el haber quebrado a una entidad. Pero al parecer eso, y un sinnúmero de denuncias que en su momento se presentaron contra el político, no fue suficiente para que el juez dejara de tomarla en contra de Aguayo.

Sheinbaum fue la primera gobernante del país que tomó la bandera de señalar esta injusticia (impartida por la justicia) en detrimento de la persona y de la libertad de expresión.

Lo anterior mostró que la gobernadora de la capital puede tomar decisiones congruentes, a la luz de los derechos consagrados en nuestra Constitución.

Hasta ahí la gobernante que requiere la capital o cualquier estado de la República. Ese mismo día, no obstante, después de la presentación de cómo sería el cachito de Lotería del avión presidencial, Sheinbaum se aventó a decir que si el ganador del aparato habitaba en la capital, ella condonaría los impuestos a pagar por haberse sacado el premio mayor.

La gobernanta tal vez pensó en el “peso político” de su declaración; quizá trató de hacerle un guiño a su jefe o hacer de su atención ese “pequeño detalle de millones de pesos” que se les escapaba. Nadie había considerado que sacarse el avión sería la ruina del “afortunado” individuo.

Lo anterior llevó a que no pocas personas le pidieran @Claudiashein en redes sociales que no perdiera el tiempo en eso, y mejor se pusiera a trabajar sobre las incontables necesidades de la gran metrópoli. Resulta natural: los chilangos preferimos a la política capaz y no a quien sigue aplaudiendo cada una de las ocurrencias del Presidente.

Yo también opino que Claudia deje de “darle el avión” a López Obrador. Para eso ya tenemos a la otra Claudia, la Lizaldi, y a los gobernadores de PRIMOR. [nota_relacionada id=838916]

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

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@MALOGUZMANVERO

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