El gobierno federal parece ahora empeñado en encontrar conspiraciones por todos lados, y una de las mejores en la actualidad es la que pone en manos de intereses estadounidenses la creación de "caravanas" que desde el Triángulo Norte de Centroamérica llegan a la frontera sur con la clara intención de cruzarla para dirigirse a Estados Unidos y crearle problemas al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sería deseable pensar que el autor de tan brillante análisis haya tomado en consideración la existencia de detalles marginales como pobreza, sequía, violencia, inseguridad y minucias que como esas ofrecen terreno fértil a tales grupos de migrantes y a organizadores que, ciertamente vinculados con grupos activistas en Estados Unidos y apoyados cuando se trata de mexicanos, no necesitan ofrecer muchos alicientes para encontrar a quienes quieran arriesgarse en la que es una peligrosa jornada.
Las caravanas de migrantes pudieron haber sido "descubiertas" por el gobierno del presidente Donald Trump en 2018, pero ya existían. Hace por lo menos 20 años se documentaban grupos más o menos organizados que buscaban seguridad en números para viajar en La Bestia, ese legendario tren que iba de sur a norte del país con sus vagones cubiertos de indocumentados y esperanza, víctimas de autoridades corruptas y delincuentes.
Ahora es una conspiración, del imperio como afirman algunos, pero que otros vemos como un preocupante planteamiento antimigrante que justifica actitudes xenofóbicas.
Después de todo ¿cómo osaron esos hondureños aplastar caras y puños en los escudos de la Guardia Nacional? Ellos están ahí para cuidarlos de que no sufran daño, de evitarles un viaje agotador y de que sean una tentación extorsionadora para policías municipales, estatales y federales, o fuentes de dinero y abuso sexual.
Debe ser, no puede ser otra cosa que una conspiración ¡Seguro!
El patético oportunismo del argumento no resta gravedad al hecho. Cierto. Hay una crisis migratoria mundial que originada en problemas de gobernanza y pobreza ha visto dramáticas caravanas hacia los países más ricos.
La respuesta de las naciones más avanzadas ha sido tratar de crear un cinturón de seguridad y cuellos de botella en los países de tránsito, como la Unión Europea en Turquía. Los brotes de xenofobia en Europa han acompañado al crecimiento y aún la llegada al poder de derechas racistas, amen de haber estado entre los motivos del voto británico, el Brexit, para abandonar la UE.
Está en alguna medida en las bases de la elección de Trump en 2016 y forma parte de su programa de gobierno.
Y ahora ¿de las justificaciones del gobierno mexicano? Una terrible ironía: el gobierno "progresista" y del cambio y sus seguidores convertidos en ejecutores reales de políticas retrógradas, conspirativas, que los más lúcidos entre ellos consideran violatorias de los derechos humanos y de la tradición mexicana.
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POR JOSÉ CAREÑO FIGUERAS
@CARRENOJOSE1
abr