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Tres embustes contra los migrantes

La tríada de embelecos tiene como común denominador la falacia reiterativa y artera

OPINIÓN

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El Estado mexicano está metido en un lío de imagen internacional por tres embustes en el tema migratorio. 1. Ofrece "alternativas" a los indocumentados, pero no tiene presupuesto ni voluntad para atenderlos. 2. Afirma que no será puente hacia Estados Unidos mientras practica una contención selectiva y 3. Promueve un discurso "buena onda" que no puede cumplir.

La tríada de embelecos tiene como común denominador la falacia reiterativa y artera. La garantía de trabajo que se ofrece a las caravanas masivas de centroamericanos es un ejemplo.

Ante el arribo de la más reciente –la primera del año– se dijo que había 400 plazas aún cunado el éxodo era de dos mil personas y el pago en pesos no se compara con las expectativas de ganar en dólares. Luego los migrantes se quejaron de que algunas de las plazas prometidas sí existían, pero en Honduras, justo de donde huyeron porque las bandas del crimen organizado los extorsiona por trabajar igual que aquí.

México también se ufana de ofrecer asilo a las víctimas del crimen en su territorio, tal y como lo establece la Ley de Migración, pero esconde los matices: testimonios de sobra explican que a casi todos los detenidos se les deporta inmediatamente con argumentos persuasivos o engaños o no se les permite ir al Ministerio Público a levantar las demandas y pelear por su estancia.

En otros casos, la respuesta a los solicitantes se retrasa para que se desesperen y se larguen de una vez por todas en lugar de contratar a más personal para cumplir en tiempo con los procesos.

Mejor sería reconocer que el país no puede con el paquete de dar asilo ni refugio digno con garantía laboral y asistencia para el proceso de integración social, alimentación, vivienda, cursos de capacitación o de idiomas.

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Otro asunto es la transmigración. La promesa de contención que el gobierno mexicano hizo a Donald Trump a cambio de la aprobación del TLCAN (hoy T-MEC) se enfrenta en el día a día con un inservible sistema de justicia y la sempiterna corrupción que permite el paso de unos y la captura de otros con el uso arbitrario y selectivo de la fuerza pública.

Esto es: mientras los sinpapeles no hagan escándalo, entren en operaciones hormiga o paguen discretos sobornos a las autoridades, siguen directo hacia el norte; si exhiben el drama de la situación, se reprimen con palos.

Hubo excepciones de tolerancia sin lucro como las primeras caravanas del sexenio pasado que lograron abrirse paso mientras el gobierno se hacía de la vista gorda porque la estrategia del discurso conveniente frente a la migración no es nueva, se practica con descaro desde décadas atrás.

Todos la conocen; coyotes, inmigrantes, funcionarios y activistas de los países involucrados que esperaban un cambio con la llegada de un gobierno que se vendió como progresista. Pero no ocurrirá el giro.

La razón es simple: el problema de la migración actual exige un lenguaje directo, sin rodeos, un reto imposible para los políticamente correctos. 

POR GARDENIA MENDOZA
*PERIODISTA
ORBE@HERALDODEMEXICO.COM.MX

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