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El vuelo unido con Trump

Acercarse demasiado a la Casa Blanca y terminar chamuscado es un riesgo

OPINIÓN

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La llegada de la caravana de migrantes es un déjà vu. Parece receta. Cuando más necesita oxígeno –juicio político en marcha y la elección presidencial a unos meses–, otra caravana llega y Trump obtiene de México un muro de contención del gobierno de AMLO. Sucedió con la anterior y se ha replicado en la actual. Alguien en Twitter lo puso de esta manera:

–Señor Trump: ¡no vamos a hacer el muro!

–¡Qué dijiste!

¡Vamos a ser el muro!

México y la Guardia Nacional de AMLO son el muro que Trump siempre deseó. Pero tildar de obsecuente al gobierno de AMLO es simplificar las cosas. En esta administración todo se guía y se decide a partir de una lógica política que ha tenido sustento desde hace mucho tiempo en un recurso que a López Obrador le ha funcionado: las encuestas, algunas elaboradas por los medios de comunicación y otras ordenadas por él mismo.

Construir una crítica asertiva al muro que el gobierno de AMLO ha levantado en la frontera sur a petición de Trump exige de los mexicanos voltear a vernos.

El año pasado una encuesta del Washington Post reveló que 55 por ciento de los mexicanos prefiere que los migrantes indocumentados sean deportados a sus países de origen y sólo 7 por ciento quiere que se les ofrezca residencia. El 64 por ciento de la población entrevistada consideró que los inmigrantes son una carga para el país y 51 por ciento se pronunció a favor de utilizar a la Guardia Nacional para combatir la migración de centroamericanos.

La razón esencial de que AMLO tenga a la Guardia Nacional cumpliendo funciones de muro radica en los números que distintas encuestas muestran a una mayoría de mexicanos a favor de la deportación de migrantes. AMLO cuenta con el respaldo de la mayoría de los ciudadanos y con la razón legal para detener a los migrantes. Eso dice la ley. Si los planes avanzan como AMLO desea, podría estar bajo control no solo el flujo de migrantes sino un territorio donde el crimen organizado se moviliza como en casa. Si todo sale bien.

Pero el plan, fincado en un absoluto pragmatismo político, entraña riesgos. El principal riesgo es seguir la impronta calderonista: acercarse demasiado al huésped de la Casa Blanca y terminar chamuscado. Por ahora la Guardia Nacional que tanto peleó AMLO para dar seguridad al pueblo se desvió de su prioridad para contener a los migrantes del sur. Es el favor que Trump pidió y AMLO concedió. ¿Qué se avista en el futuro cercano si se mantiene esa política de vuelo unido con el presidente de EU? Nada menos que el Consejo de Seguridad de la ONU, donde México ocupará un lugar por instrucciones de AMLO. En otros momentos tuvo sentido la participación de México. Ahora resulta riesgosa. Será muy difícil no subordinarse a los intereses de Trump. La situación internacional está plagada de conflictos y los márgenes de acción son muy estrechos.

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POR WILBERT TORRE
WILBERTTORRE@GMAIL.COM
@WILBERTTORRE

abr