1. Gran polémica ha generado que, después de un año, el avión para uso del presidente de la República haya regresado al país sin que se haya logrado su venta. La derecha ha celebrado este hecho como si fuera un acierto de su posición política.
2. ¿Cómo podría la derecha celebrar que a la fecha no se haya podido vender en 150 millones de dólares, un avión que debió costar 170 y que se compró en 220 millones de dólares? No debería celebrarlo, pero lo hace.
3. La derecha es tan desvergonzada que deja de lado que durante la usurpación de Calderón se haya comprado ese avión con un sobreprecio de 50 millones de dólares, es decir, cerca de mil millones de pesos.
4. Tampoco parece importarles que el avión, para ser rentable, debería realizar como mínimo un vuelo al día de cinco horas continuas. Parece no importarles que no existe, desde la capital del país, sede del Poder Ejecutivo, ningún punto de la República que exija un vuelo de ese lapso. La zona geográfica más alejada implica sólo tres horas de vuelo.
5. El contrato establecido está lleno de candados y complicaciones que dificultan aún más la venta de este avión. Para decirlo de manera llana, comprar ese avión fue un acto de corrupción monstruoso y una absoluta estupidez, sin considerar el lujo excesivo que el mismo representa.
6. Pero todo esto parece no importarle nada a la derecha, que pensó que el compañero presidente López Obrador había cometido un error al plantear que podría realizarse una rifa del polémico avión.
7. Y la sorpresa que se llevó la derecha ha dado paso a una inmensa rabia posterior, al darse cuenta del enorme respaldo popular que ha obtenido la idea de realizar un sorteo de este símbolo de la corrupción neoliberal que es el avión presidencial.
8. Seis millones de cachitos, de 500 pesos, obtendrían los 150 millones de dólares que cuesta el citado artefacto. No tengo la menor duda de que el pueblo de México compraría esos seis millones de boletos y más. Incluso, aquellos que no apoyan a nuestro gobierno, querrían probar su suerte comprando sus cachitos.
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9. Pero más allá de que ésta fuera la salida final para deshacerse de este monumento a la corrupción, no cabe duda de que el compañero presidente López Obrador ha obtenido un nuevo éxito en el ejercicio de su gobierno. Ha logrado un sólido respaldo a su determinación de deshacerse de ese avión.
10. La gente ha entendido lo grotesco que resulta que un avión destinado al Presidente valga 4 mil 500 millones de pesos, cuando la mayoría de la gente carece de lo fundamental.
11. E insisto, más allá del exceso de los lujos, esa compra fue absurda, pues el avión no sirve, ni siquiera, para las tareas de traslado del Presidente. Más allá de la austeridad promovida por nuestro gobierno, el avión fue comprado para robar dinero público y no para servir a las funciones públicas. El robo lo hizo Calderón durante su usurpación y lo convalidó Peña Nieto durante su gobierno.
12. Calderón tendrá que pagar por los crímenes cometidos durante su usurpación, que indiscutiblemente saldrán a la luz durante el juicio a Genaro García Luna, el que se se llevará a cabo este 2020. Y sumado a ello, también tendrá que pagar, junto con Peña Nieto, por el saqueo a nuestro pueblo que el avión presidencial simboliza.
13. Así las cosas, la derecha debería estar preocupada del desenlace final que el juicio a García Luna tendrá y dejar de realizar críticas triviales y por demás superfluas a nuestro gobierno.
Finalmente, también en 2020, lograremos otorgar a nuestro pueblo, que bien lo merece, atención médica universal, pública y gratuita. Por más que critiquen y obstaculicen este objetivo, se alcanzará a cabalidad durante este año.
POR GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA
DIPUTADO FEDERAL PT
@FERNANDEZNORONA
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