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Ecología, tecnología y geopolítica en Davos

La gran pregunta es cómo remodelar el capitalismo y conectar nuevas tecnologías con desarrollo

OPINIÓN

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DAVOS. Mientras que en América Latina algunos siguen soñando con el comunismo e intentan rescatar las ideologías del pasado, en el Foro Económico Mundial que se celebra esta semana en Davos, se debate sobre el futuro. La gran pregunta es cómo remodelar el capitalismo, conectar nuevas tecnologías con el desarrollo y garantizar la sobrevivencia de la humanidad en el planeta.

La solución sería, según el recién publicado Manifiesto de Davos, el “capitalismo de las partes interesadas”, frente al de los accionistas o el del Estado. Pocas de estas ideas alimentarán las políticas públicas de Latinoamérica. Con excepción de Colombia y Ecuador, la participación de esta región es muy reducida.

Este año destacan temas ecológicos. Más allá de la presencia de Greta Thunberg, el cambio climático es un punto central de la agenda. Hay incluso quienes creen que, si los detractores del calentamiento global demostraran que este fenómeno es natural y no se puede frenar, la idea de un mundo menos contaminado seguiría siendo la exigencia de amplios grupos sociales.

Por lo pronto, después del carbón y del plástico, le toca el turno a la industria textil. Lemas como el que exige “menos consumo de ropa”, ya muy visibles en Europa, pronto llegarán a otras latitudes.

Por otra parte, todos coinciden por aquí en que la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China es de efectos globales y aún estamos lejos de presenciar la batalla final. Pero lo que realmente preocupa es cómo combinar avances tecnológicos con el desarrollo en más países. Hoy pocos actores llevan las riendas de la revolución tecnológica y los demás están a la expectativa o se resisten a reconocer lo obvio. Ahora bien, de la decisión de los gobiernos y de las empresas de sumarse a la revolución tecnológica y asumir los costos de la transformación dependerá la posición que ocuparemos en pocos años en los rankings mundiales.

Finalmente, la geopolítica sigue muy presente en el foro que se celebra justo después del estallido de las tensiones en Medio Oriente. Desafortunadamente, la búsqueda de mecanismos para resolver conflictos choca frontalmente con la naturaleza de las actuales élites políticas y expectativas del electorado. De hecho, los mismos organizadores del foro se han doblegado frente a esta poderosa realidad.

El discurso inaugural del foro lo ofrecieron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, conocido por ser un crítico incansable de las instituciones multilaterales. Asimismo, parece que el asesinato del periodista Khashoggi pasó casi sin consecuencias para Arabia Saudita, que realizó un gran despliegue en Davos para presentar las prioridades de su presidencia en el G20.

Esperemos que alguna manifestación de los antiglobalistas y/o defensores de los derechos humanos pasará de vez en cuando por aquí para poner en evidencia que no todos están de acuerdo con la política de fuerza. [nota_relacionada id=821170]

POR BEATA WOJNA

PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL TEC

@BEATAWOJNA

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