Migración y política exterior en México y Turquía

En 2019 se presentaron alrededor de 67 mil solicitudes de refugio

Recientemente, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador celebró el plan de los últimos seis meses para frenar la migración centroamericana que intenta llegar a EU. Desde que se desplegó la Guardia Nacional en Chiapas, el número de migrantes centroamericanos que llegan a Arizona, Texas, Nuevo México o California ha descendido a un ritmo cercano a 25% mensual. Según el canciller Marcelo Ebrard, desde enero hasta Navidad se había "rescatado" a 280,000 migrantes que venían de Honduras, Guatemala y El Salvador. México puede haber deportado a unas 100 mil personas a esos países en los últimos 12 meses. Este año, además, fueron detenidos 50,000 menores de los cuales se deportó a 37,000. Sólo 3,500 personas se han inscrito en la bolsa de trabajo oficial, o sea 1.25% de los detenidos. López Obrador admite que las medidas adoptadas en la frontera sur respondieron a las amenazas de Trump de imponer una tasa de 5% mensual a las importaciones mexicanas.

Esta política migratoria de México, apremiada por una hegemonía mayor y apresurada en su diseño de soluciones, si lo hay, amerita paralelismos con políticas de otros países ante la llegada de migrantes, como Turquía y la crisis de refugiados sirios. Con base en la premisa de que Turquía constituye un tercer país seguro, las negociaciones con la UE culminaron en el acuerdo de 2016, por el cual, a grosso modo, los migrantes irregulares que han cruzado de Turquía a las islas griegas desde el 20 de marzo de 2016 son devueltos a Turquía. Por cada sirio regresado a Turquía desde Grecia, otro es reasentado desde Turquía a la UE. Ésta debe acelerar el pago de los 3,000 millones de euros inicialmente asignados para la gestión de refugiados; también debe financiar otros proyectos para los que disfrutan de protección temporal en Turquía, por 3,000 millones de euros adicionales hasta finales de 2018. Otras concesiones de Europa incluyeron la promesa de liberalización de visas para los turcos. Turquía desarrolló una estrategia para presionar en la gestión de la crisis de refugiados sirios, al presentar a Bruselas, en diversas ocasiones (incluso después del acuerdo de 2016) la posibilidad de "inundar" a Europa con sirios.

Aun si las circunstancias y actitudes de México ante EU obedecen a otras dinámicas, sí se echa de menos una política exterior más asertiva como acompañamiento, ya no se diga alternativa, al despliegue de la Guardia Nacional, la represión y la monserga burocrática que definen la situación. El problema es que la élite política mexicana no parece tener la determinación y voluntad de utilizar la geoestratégica de México, como lo ha hecho Turquía o lo hizo Libia en las décadas de 1990 y 2000 frente a la UE. La estrategia de México no se parece a la que adoptaron Jordania y Líbano ante los refugiados sirios.

Es urgente que México tome nota de la política de estos países, pues acoge a un número cada vez más significativo de migrantes. En 2019 se presentaron casi 67,000 solicitudes de refugio ante la Comisión de Ayuda al Refugiado. La cifra aumenta a un ritmo superior a 300% comparado con 2018.

POR MARTA TAWIL
INVESTIGADORA DE EL COLMEX
ORBE@HERALDODEMEXICO.COM.MX


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