“Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr”, es una de las frases más recurrentes de la futurología y fue expresada por Albert Einstein; ahora que arrancamos el año 2020, esta idea tiene un significado profético que no puede pasar desapercibido. Tres noticias con los que arrancamos este mes han llamado mi atención: la primera es la celebración de los 100 años del nacimiento de Isaac Asimov, uno de los autores más prolíficos y vanguardistas; la segunda es el anuncio del éxito del proyecto de los investigadores de Laboratorios de Tecnología de Ingeniería Cuántica de la Universidad de Bristol, que por primera vez lograron la teletransportación cuántica entre dos chips. La tercera, la da la escuela Sibley de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial, y es el desarrollo del primer robot no solo pensante, sino que cuenta ya con una avanzada tecnología que lo hace capaz de expresar sentimientos, una cualidad que hasta hace muy poco era exclusiva de los seres biológicos.
¿Teletransportación cuántica?, ¿robots con sentimientos? Curiosamente éstos dos fueron presagiados hace muchos años por el ruso Isaac en la trilogía literaria Foundation y en la novela I, robot.
Pero, así como las profecías literarias de Asimov se están cumpliendo, las historias imaginadas por otros grandes del género se han ido concretando de una manera asombrosa, precisa y escalofriante, y les doy algunos ejemplos: En 1898, Mark Twain describe en su cuento From London Times of 1904 la tecnología del Internet; en 1899, H.G.Wells predice la creación de la bomba atómica y publica La guerra de los mundos, así como Los primeros hombres en la luna; en 1911, Hugo Gernsback narra en Ralph 124C 41 una videollamada telefónica; en 1945, Arthur C. Clarke augura una red de satélites; en 1949 George Orwell narra en su libro 1984 un futuro en donde el Gran Hermano controla la realidad a través de fake news y videocámaras; en 1951 Ray Bradbury describe la Big Data en su obra Fahrenheit 451.
Por supuesto, en esta categoría merecen una mención especial: Da Vinci como inventor; Verne, como pionero literario de la ciencia ficción; Fritz Lang y Kubrick como cineastas visionarios de la humanidad enjambre en Metrópolis y la super computadora villana en 2001, Odisea en el Espacio; Gene Roddenberry con su serie Viaje a las estrellas; Carl Sagan, promotor de la humanidad cósmica; y Stephen Hawking, quien avizora el contacto extraterrestre, los universos paralelos, los viajes a través de agujeros negros y la teoría del todo.
La ciencia ficción es la bola mágica en donde el futuro se asoma al presente para mostrarnos de lo que puede ser y será; y no sólo como lector, sino como escritor de mi libro El Orbix, Crónicas del mañana de hoy, donde me atreví a dejar volar mi imaginación para narrar un viaje cuántico a un futuro en donde cumplo 100 años de edad recorriendo megalópolis inteligentes como la Gran Tecno-xtitlán, con autobots voladores, chips neuronales, turismo cósmico, enfermedades tecnológicas como la pandemia digital, y una nueva generación de niños inteligentes o Smartians que viajan a Marte.
El mañana no lo debemos imaginar como un Apocalipsis inminente, en donde el futuro nos va a superar por la vía tecnológica. Creo que ser más humano y menos robot, no es sólo un reto, sino un camino hacia nuestra superación como especie planetaria que viajamos juntos y con la esperanza en esta nave interestelar llamada Planeta Tierra, al infinito y más allá.
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POR LUIS DE LLANO
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