Los bancos de alimentos no sólo garantizan la seguridad alimentaria y de nutrición de la población, sino representan un apoyo para las personas que carecen de recursos económicos para alimentarse adecuadamente.
La desnutrición afecta primordialmente a los niños durante la primera etapa de la infancia, pues uno de cada ocho presenta problemas de baja talla en México.
La falta de una dieta suficiente y nutritiva está asociada con más de la mitad de las muertes de niñas y niños en todo el mundo. “Cuando padecen desnutrición son más propensos a morir por enfermedades y presentan retraso en el crecimiento durante el resto de su vida”, destaca Unicef. Lo contradictorio es que en México se desperdician 20 toneladas de alimentos, de acuerdo con el Banco Mundial, durante el proceso de producción, transportación, almacenamiento y consumo.
El estudio Pérdidas y Desperdicios Alimentarios en México señala que el país desaprovecha 34% de su producción de comida, cifra muy alarmante si consideramos que hay personas con un alto nivel de pobreza que no tienen recursos para comer.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indica que cada año se desperdician en el mundo mil 300 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale a casi un tercio de los productos producidos para el consumo humano.
Ante este panorama, es indispensable que nuestro país no pierda de vista la importancia de los bancos de alimentos, muchos de ellos administrados por instituciones privadas que apoyan con sus servicios a las personas que requieren apoyo alimentario.
El desperdicio de alimentos requiere de políticas públicas y, aunque a nivel internacional hay diversas iniciativas, México necesita redoblar esfuerzos.
Es necesario legislar y actualizar el Programa Nacional de un México sin Hambre, el cual es la estrategia de la lucha contra la pobreza extrema de alimentación, así como impulsar proyectos de bancos de alimentos.
Los alimentos sobrantes a nivel mundial son tantos que cifras de la FAO aseguran que en América Latina se desaprovechan 127 millones de toneladas anuales, cantidad que sería suficiente para satisfacer las necesidades alimenticias de 300 millones de personas, según el documento Las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos de la FAO.
Este tema se ha convertido en un eje de trabajo prioritario, para organismos internacionales. Diversos países trabajan en ese sentido, pero es indispensable que todos los sectores de la sociedad reflexionen sobre ello.
Hay que impulsar acciones que contribuyan a mejorar la alimentación de los mexicanos, y trabajar en forma coordinada IP, gobierno y sociedad civil para crear más bancos de alimentos y otras políticas públicas.
POR LEONEL LUNA ESTRADA
ANALISTA POLÍTICO
@LEONEL_LUNA
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