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Úsese y tírese

OPINIÓN

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Nada se hace, excepto cuando yo lo hago. Estoy usando a México para proteger nuestra frontera, porque los demócratas no arreglan, porque los demócratas no quieren cambiar las lagunas en las políticas de asilo”, afirmó Donald Trump, como si fuera el presidente de Estados Unidos absolutamente normal que requiere este momento histórico.

Esta declaración muestra el modito y talante del presidente gringo, para tratar a sus semejantes y a los que, en su tergiversado concepto de humanidad y nacionalismo, de ninguna manera lo somos y jamás podremos serlo.

Imposible creer que cuando no está de humor -¿alguna vez lo estará?- dé trato deferente a sus seres queridos, y tampoco a los allegados. Debe ser un infierno ser subordinado de una persona que se considera hecha a mano, pero no quiera darse cuenta que la sentaron fresca nomás nació, y se le reblandeció todo, principalmente el cerebro.

Y con eso de que la Pelosi decidió iniciar el procedimiento de juicio político al “hombre más poderoso y más majadero del mundo”, a nuestro país se le pondrán las peras a 25, porque se comportará como un tiburón blanco herido, dará coletazos a diestra y siniestra, y acá -como ya es tradición- doblarán la cerviz, con tal de que nos sigan usando para lo que sea, para que compren productos mexicanos, pero por favor sin aranceles, a pesar de que China y la CEE también contribuyen al crecimiento de la economía nacional, y de los listillos empresarios mexicanos que se transformaron y cumplen con los requisitos y normas para exportar productos de calidad

De cualquier manera, para nuestro gobierno y para todos los mexicanos, las condiciones de nuestra relación con Estados Unidos podría modificarse para mal, porque hoy está a la vista de todos el tema migratorio, pero nadie quiere combatir el tráfico de armas, que facilitan que haya más ejecuciones y una cruenta violencia, y hacia allá corre el narcotráfico, en el que la disputa no es por la cantidad de toneladas que los pulcros ciudadanos norteamericanos consumen, sino la manera en que ha de aprovecharse -y por quiénes- esa masa monetaria negra, que definitivamente contribuye a sanear economías y a evitar crisis sociales.

Para comprender la dimensión del problema sólo hay que recordar las cifras de muertes violentas de 2006 a la fecha, el número de fosas clandestinas, de desaparecidos, de víctimas de trata y, lo que otros consideran como prioridad, el dinero que le cuesta a empresarios y pequeños comerciantes el robo y el derecho de piso.

Sugiero la lectura de la trilogía de Don Winslow: El poder del perro, El cártel y Frontera. La impunidad con la que se mueven agencias de Estados Unidos en territorio nacional, su corrupción y el desprecio que sienten por nuestro país, son algo más que graves, lindan con lo lesivo y afectan nuestra autoestima.

La corrupción de los gringos es de otra dimensión y diferentes métodos. Aquí son pilmamas en ese tema.

Por: Gregorio Ortega Molina

www.gregorioortega.blog

@OrtegaGregorio