Haz tu denuncia aquí

Entre leyes y presupuesto, ¿y los maestros?

Hoy está en las manos del Poder Legislativo dar un paso adelante en la garantía de los derechos profesionales docentes

OPINIÓN

·

Durante 12 años, desde Mexicanos Primero hemos reconocido a 124 maestras y maestros ejemplares con el Premio ABC, Maestros de los que Aprendemos.

El pasado lunes 2, las maestras Alicia y Lupita, y los maestros Ernesto y Héctor tomaron su lugar dentro de esta comunidad de docentes que impulsan cambios en ellos mismos, en sus compañeros docentes, en sus estudiantes y sus familias; en actitudes, prácticas y políticas; en preescolares, primarias y secundarias, unidades de apoyo, centros de atención múltiple, supervisiones y en las secretarías de Educación estatales; están en escuelas rurales, bi o tridocentes, comunidades indígenas, telesecundarias y también en escuelas urbanas con más de mil estudiantes.

Y lo hacen todos los días, buscando hacerlo cada día mejor, llegar a cada vez más personas porque saben que construir un sistema educativo incluyente, donde todas y todos puedan estar, aprender y participar, así lo exige.

Desde cada aula, cada escuela, cada supervisión, son ellos quienes transforman nuestro sistema educativo.

Y así debe ser. Maestras y maestros en el centro de la transformación educativa. Pero con una aclaración fundamental: no lo pueden hacer solas o solos. Hasta que entendamos esto, avanzaremos hacia la educación y la sociedad a la que aspiramos.

La reforma al artículo 3º constitucional reconoce a las y los docentes como agentes fundamentales y sienta las bases para reconocer sus derechos profesionales docentes, pero no alcanza.

La legislación secundaria debe establecer con claridad quién tiene las facultades y obligaciones para hacer qué, cómo y cuándo para garantizarlos, pero todavía falta mucho por fortalecer en estas leyes para que cada maestra, cada maestro, esté dónde esté, pueda ejercer sus derechos profesionales. Que cuente con procesos de admisión, promoción y reconocimiento equitativos, transparentes e imparciales; formación continua pertinente y relevante; acompañamiento en sus primeros años en servicio y asesoría constante a su comunidad escolar para aprender de y con sus pares.

Y el tiempo apremia. Mañana vence el plazo para aprobarlas y al momento de escribir estas palabras, ni siquiera se ha convocado a la Comisión de Educación para dictaminar las iniciativas. Es más, el Ejecutivo acaba de presentar un proyecto de presupuesto que recortaría (por segundo año consecutivo) 59% los recursos para la formación de docentes de educación básica.

Hoy está en las manos del Poder Legislativo dar un paso adelante en la garantía de los derechos profesionales docentes para que empecemos a cerrar la brecha entre el discurso y la realidad.

El reconocimiento social puede ayudar a que enfrenten con confianza renovada el reto diario de ser maestro, pero sólo con decisión e intencionalidad desde las leyes, presupuestos, políticas y prácticas lograremos que las y los maestros tengan lo que necesitan para que la transformación llegue a todas las escuelas del país.

POR JENNIFER L. O’DONOGHUE

DIRECTORA GENERAL DE MEXICANOS PRIMERO

@JENNODJOD

edp