Todos los deportes tienen un elemento cumbre, en la mayoría de las ocasiones este se encuentra relacionado con la definición de la victoria en la competición, aunque a veces difieren. Un ejemplo muy claro es el home run del beisbol. El estadio completo estalla cuando un bateador vuela la pelota a las gradas. Hay otras formas de anotar carreras, por supuesto, pero ésta es la más bella.
En el futbol es el gol. Los once jugadores de un equipo pueden construir una victoria y, dependiendo de la alineación, siete u ocho pueden no estar concentrados en la anotación de goles, incluso hay posiciones entre cuyas medidas de eficiencia no se encuentran las veces que el jugador impulsó la pelota a través de la portería, el equipo con más anotaciones de un torneo puede no ganar la final. Pero la gloria real se reserva para los anotadores.
La euforia que los goles pueden producir es la vida en este deporte, son inexorablemente festejados y siempre producen alegría. Salvo en el caso de Aaron Ramsey.
Nacido en Gales, Reino Unido el 26 de diciembre de 1990 con el nombre de Aaron James, Ramsey fue presentado el 15 de julio pasado como la última adquisición de la Juventus. El voto de confianza es importante dada la meta del club de obtener, por tercera vez en su historia, una Champions League, lo que no ha ocurrido desde la ya lejana edición de 1995-96.
Aaron, ha tenido problemas para celebrar con su afición los poco más de 80 goles que ha anotado a lo largo de su carrera. Debutado a los 18 años por el Cardiff City, pasó tiempo en Nottingham Forest también, pero el club en el que ha hecho su carrera es el Arsenal. Fue en el 2001, mientras militaba en éste, donde los rumores sobre su maldición empezaron.
Parece ser que en la temporada 2010-2011, el promedio de goleo de Ramsey bajó ya que su desempeño se centró en asistir goles. Al ser pocos los goles de Ramsey, fans en redes sociales asociaron estas anotaciones con la muerte de personajes famosos.
Osama Bin Laden y Steve Jobs fueron los primeros en mencionarse y una vez con la punta de la madeja la mente humana hizo el resto. Una búsqueda en años pasados arrojó coincidencias en 2009 con el fallecimiento de Andrés Montes y Antonio de Nigris, y a partir de ahí la creencia en la maldición de Ramsey arraigó.
El fenómeno mediático continuó en 2011, 2013 y 2014. Cada que Aaron anotaba un gol las especulaciones crecían. Poco a poco las celebraciones se empañaban por el rumor, restándole al jugador y a la afición no mérito, pero sí emoción. Ramsey se pronunció en ocasiones sobre la situación, mostrando su molestia con lo que considera una tontería.
Durante 2014 y 2015 los rumores siguieron, sin embargo, tras unos años se ha considerado conveniente en medios de comunicación no alentar el rumor que, en efecto, ha lastimado al jugador y su afición, pero que genera confusión en aquellos que no estamos tan familiarizados con las bases del análisis de tendencias, o incluso el sentido común.
La apofenía es como llamamos a que la mente humana encuentre patrones o conexiones en sucesos aleatorios. La supuesta maldición la ejemplifica.
En últimas fechas la obsesión de encontrar una relación entre los goles de Ramsey y la muerte de famosos ha disminuido, permitiéndole a él y a todos festejar en grande los muchos goles que le faltan por anotar en su nueva etapa en la Juventus. ¡Complimenti, Aaron!
Por Gustavo Meouchi