Como nunca antes

La virtual campaña de reelección de Donald Trump representa un colosal desafío en la relación bilateral

El primer Presidente de los Estados Unidos de América que se reeligió fue el genial Thomas Jefferson. Con un número infinito de anécdotas y chismes, Jefferson fue el tercer Presidente de EU y el autor principal de la Declaración de la Independencia, supervisó la compra de Luisiana y mandó a explorar el oeste. Pero dicen que posiblemente el mayor de todos sus logros fue haber inventado el sillón giratorio que hoy por hoy todos usamos. De allí en adelante muchos Presidentes norteamericanos se reeligieron y esa figura nos está dando escozor. Es de todos sabido, que antes del siglo XIX, México no existía como nación “independiente”, sino que era parte de un imperio o una monarquía europea, de manera tal, que no es sino hasta principios de dicho siglo que nuestro país empieza sus tribulaciones como Estado moderno. Bueno, pues desde ese 1810 o 1821, si usted me tuerce la mano, hasta la fecha, nunca habíamos enfrentado un reto de esta magnitud. Nuestro principal dolor de cabeza es a la vez nuestro principal aliado económico: EU. Sin embargo, en ese vecino con cuatro veces más territorio y tres veces más población, pero que es menor que Canadá, que China y que Rusia en superficie, hay ahora un factor sin precedentes, único y tal vez irrepetible. Me refiero al presidente Donald Trump en plena y asfixiante campaña para la reelección, cuya suerte se decidirá el martes 3 de noviembre de 2020. En 55 semanas aproximadamente, y el jefe de Estado norteamericano anda con las pilas puestas y no hay paso que dé, o pestaña que mueva, que no se relacione con la consecución de ese objetivo. Curiosamente, no tiene contrincante fuerte en un partido adverso, sino que pareciera que él es su propio competidor. Desde que George Washington asumió como el primer Presidente de Estados Unidos, la historia ha favorecido a quienes desean prolongar su mandato por cuatro años más. Desde principios del siglo XX hasta hoy, de los 19 candidatos a la Presidencia que buscaron la reelección, sólo cuatro han perdido los comicios, Herbert Hoover, quien perdió frente al demócrata Franklin D. Roosevelt. En 1976, y luego de que Richard Nixon renunciara, el designado mandatario, Gerald Ford, intentó conquistar la Casa Blanca y perdió frente al demócrata Jimmy Carter. Cuatro años más tarde, el propio Carter sufriría lo mismo frente al republicano Ronald Reagan, en 1992, George Bush intentó fallidamente reelegirse frente al demócrata Bill Clinton. De toda esta historia moderna, podría colegirse que la reelección de Donald Trump “it’s a piece of cake”. Sin embargo, él y su equipo saben que no es así de fácil. Pareciera que ninguno de sus antecesores ha recibido un embate de la intensidad mediática que le ha tocado afrontar, y todo esto afecta indudablemente nuestra situación económica y política. Cada semana, sin exagerar, nos llega un nuevo misil para ser toreado por el gobierno y la población de México y, casualmente, nos lo envían lo mismo los republicanos para fortalecer a Trump, que los demócratas para debilitarlo. Son quizá cinco países que les encantan ahora para manipular su proceso reeleccionista o antirreeleccionista. China, Rusia, Irán, México e Israel. Si a ello le agregamos que el gobierno actual no termina de acomodarse con las fuerzas locales, pareciera que inaugura, o le configuran, una tempestad hebdomadaria. No omito señalar que la figura de nuestro canciller Ebrard, o nuestra secretaria de Gobernación, traen su propia electricidad y que, tanto allá en EU como acá, los medios de comunicación, tradicionales o digitales, nos nutrimos con esas vorágines o turbulencias, y si a ello agregamos las notas rojas, pues ya ni se diga, coctel perfecto, aunque en sendos lados del Bravo no debemos olvidar que golpe que no mata, fortalece. No me lo tome a mal, pero las elecciones de 2020 en EU serán más trascendentes para nosotros que las nuestras de 2021, piénsele. POR RAMÓN OJEDA MESTRE ROJEDAMESTRE@YAHOO.COM @ROJEDAMESTRE1 lctl