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Ustedes, ¿cómo ven a México?

Se le preguntó a un financiero, cómo veía a la 4T: “Good intentions, bad decisions and ugly results”

OPINIÓN

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La incertidumbre, por no saber qué va a pasar, tiene paralizada la inversión en infraestructura y el consumo en México.

Recientemente, un grupo de inversionistas extranjeros preguntó a un importante financiero, cómo veía al gobierno de la 4T. Les contestó con esta frase: “Good intentions, bad decisions and ugly results”.

Su respuesta me pareció insuficiente para describir la profundidad del cambio que estamos viviendo. Como eran empresarios, pensé responder con una analogía más elocuente:

Imaginemos que en nuestra sociedad (México), durante la pasada asamblea general (votación) los accionistas (ciudadanos) decidieron disolver al Consejo de Administración (pesos y contrapesos) y dar todo el poder a un administrador único (presidente, con mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso, 19 congresos locales y partidos políticos de oposición diezmados y sin legitimidad).

Para complicar más el escenario, imaginemos que ese administrador único, tiene animadversión por tecnócratas, calificadoras, órganos constitucionales autónomos y sociedad civil. Su plan de negocios lo basa en corazonadas, “tomando decisiones de política pública sin el suficiente sustento” (Urzúa dixit) y con una nostálgica añoranza por el modelo populista y estatista del nacionalismo revolucionario del siglo pasado. Está convencido de que el perfil del funcionario público es 99% honestidad y 1% capacidad; que la justicia está por encima de la ley y centraliza la definición de políticas públicas y el manejo de los recursos en su sola decisión personalísima.

Entonces, estamos hablando de una situación mucho más grave que “buenas intenciones, malas decisiones y pésimos resultados”. Se trata de un profundo cambio en la forma de ejercer el poder. De hecho, se autoproclama cambio de régimen o Cuarta Transformación por su aspiración de realizar una transformación profunda en la organización y funcionamiento del sistema político. Desgraciadamente no contiene un rigor teórico, sociopolítico ni económico, lo cual lo lleva a plantear soluciones ingenuas para los complejos problemas nacionales de falta de desarrollo, crecimiento económico, combate a la pobreza, inseguridad, con recetas como transferencias directas sin estudios de impacto ni reglas de operación y con padrones levantados por sus operadores.

La gran incertidumbre que genera este gobierno de administrador único-nostálgico está llevando a numerosos actores políticos, sociales y económicos a definir qué hacer para que avancemos en la dirección correcta. López Obrador dice que los mexicanos “están feliz, feliz”; pero hay miedo y preocupación.

El ciudadano polizón, el free rider, no participa hasta que el costo de no hacerlo es mayor. Hoy, muchos ciudadanos que veían los acontecimientos políticos como meros espectadores, empiezan a tomar conciencia de la necesidad de intervenir para que su futuro tenga mejores horizontes.

POR GUSTAVO MADERO

SENADOR DEL PAN

@GUSTAVOMADERO

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