Una de las mejores inversiones en política pública es la educación. Y si hay posibilidades de complementarla con otras disciplinas de aprendizaje, mejor.
La educación no formal es un tema abierto a debate desde hace años en el país. La mayoría coincide que es complementaria y necesaria para niños y adultos.
Estamos hablando de programas de alfabetización, actividades deportivas, artísticas, cursos de economía doméstica, educación para adultos, capacitación para el trabajo, enseñanza digital, entre otras.
Un ejemplo es el trabajo que realizan organizaciones a nivel nacional como la Asociación Nacional de Scouts de México que fomenta actividades y valores para niños y jóvenes, para que se conviertan en ciudadanos comprometidos con el desarrollo del país. Incluso, impulsan una reforma para que sea reconocida la educación no formal como alternativa complementaria.
Lo que es un hecho es que todavía hay población que no tiene acceso a la formación educativa, ya sea por falta de oportunidades o por estrategias y políticas.
La Encuesta Nacional de los Hogares del 2017 del Inegi estima que de un total de 59.6 millones de personas de 3 a 30 años de edad, 58.3% (34.8 millones de personas) asisten a la escuela.
En tanto, 24.9 millones (41.7%) de ese rango de edad no asisten a la escuela porque concluyó su meta, desertó por no gustarle los estudios, no cuenta con recursos para continuar, entre otros.
El Estudio Diagnóstico del Derecho a la Educación 2018 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social menciona que una de las principales causas de abandono escolar o inasistencia, es la falta de recursos.
Destaca que los indicadores de trayectoria escolar tienden a empeorar a medida que avanzan los niveles educativos.
Indica que se ha identificado que las actividades extra escolares tienen impactos positivos en el rendimiento escolar.
La educación no formal y actividades extra curriculares son necesarias como complemento, pero también importantes para optar por un oficio o actividad futura que garantice un beneficio económico.
Forman al niño y al joven, promueve la disciplina y el cumplimento en las tareas encomendadas, y siembran un sentimiento de solidaridad y amplia sus conocimientos.
Es importante incluir la educación no formal como una política de gobierno, promoverla para apoyar a favor de la niñez y los jóvenes. Impulsar un presupuesto especial para abrir oportunidades y una reforma con reconocimiento legal a este tipo de instrucción.
POR LEONEL LUNA ESTRADA
ANALISTA POLÍTICO
@LEONEL_LUNA
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