Hasta hace una semana, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa era un cadáver político en descomposición; un apestado, pues. Pero por alguna extraña razón, el Presidente de la República y su secretario de Seguridad decidieron exhumarlo y pasearlo por Palacio Nacional, y permitirle que se placeara por los medios de comunicación para que criticara las decisiones, no sólo de seguridad pública, sino de otras áreas del gobierno de la 4T. “Se han portado bien”, dijo ayer el primer mandatario.
Con la venia del señor, Calderón aprovechó la oportunidad para organizar un road show radiofónico para criticar la estrategia del actual gobierno para combatir a la delincuencia, pronosticar el fracaso de la Guardia Nacional, y de paso aclarar que durante su administración nunca dijo que le había declarado la guerra al crimen organizado, ni utilizado esa fea palabrita.
O ya no le sube el agua al tinaco o padece Alzheimer, apunta el columnista quien puntualmente siguió las declaraciones de Calderón sobre diversos temas, entre ellos el del combate a la delincuencia. Permitan los lectores que le refresquemos la memoria:
Exasperado, Felipe Calderón dijo el 12 de enero de 2011, en el Campo Marte de la Ciudad de México, durante la sesión de Diálogos por la Seguridad: “Yo no he usado el término guerra, y sí puedo invitar a que se revisen todas mis expresiones públicas y privadas… yo he usado permanentemente el término de lucha contra el crimen organizado y lucha por la seguridad pública, y lo seguiré usando.” A pesar de su negativa sobre el uso del término “guerra”, Felipe Calderón lo utilizó desde el 5 de diciembre de 2006 -cuatro días después de haber tomado posesión de la Presidencia de la República- ante un grupo de empresarios españoles a quienes dijo que estaba seguro de “ganar la guerra a la delincuencia.”
Luego de un año, el 20 de diciembre de 2007, el presidente Calderón afirmó en un desayuno navideño con integrantes de la Secretaría de Marina: “La sociedad reconoce de manera especial el importante papel de nuestros marinos en la guerra que mi gobierno encabeza contra la inseguridad.”
Al año siguiente, el 12 de septiembre de 2008, en su discurso en la Ceremonia de Clausura y Apertura de Cursos del Sistema Educativo Militar, manifestó:
“Hoy nuestro país libra una guerra muy distinta a la que afrontaron los insurgentes en 1810, una guerra distinta a la que afrontaron los cadetes del Colegio Militar hace 161 años; pero la entrega y la valentía, la rectitud, la dignidad, la lealtad y la vocación de servicio de nuestros soldados son las mismas. Inspirados en los Niños Héroes de Chapultepec, todos los mexicanos de nuestra generación tenemos el deber de declarar la guerra a los enemigos de México. Por eso, en esta guerra contra la delincuencia, contra los enemigos de México, no habrá tregua ni cuartel… Estoy convencido de que esta guerra la vamos a ganar y la vamos a ganar con el apoyo y la participación de todos”.
Al final, Calderón perdió la guerra, de la que ya no se acuerda.
POR LUIS SOTO
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