La posición entre los principales mandos del Ejército es esa: Si a los miembros de la Policía Federal (PF) no les parece la idea de integrarse a la Guardia Nacional, “¡que se vayan!”
-Tenemos muchos batallones listos para ocupar su lugar…-, responden ante quienes auscultan qué hacer frente a la insubordinación de los policías federales.
Para los militares, el conflicto surgido con la PF es lo mejor que les pudo haber pasado: No los quieren con ellos. Rechazan compartir sus espacios y su información con los policías federales, se niegan a verlos como alguien de los suyos (más bien los consideran enemigos), no los respetan ni les tienen confianza.
Peor aún: Los desprecian tanto o más que el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha calificado públicamente a la PF como una institución “podrida”, “echada a perder” en las últimas administraciones.
Y en ello coinciden tanto el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval –quien realmente está al mano de todo lo relacionado con la integración de la Guardia Nacional- como el general (en proceso de retiro) Luis Rodríguez Bucio comandante de la Guardia Nacional y Comisionado General de la Policía Federal.
La opinión de Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, tampoco dista mucho de las anteriores. Aunque, la verdad, en los hechos poco importa. La voz del general secretario se impone en los temas de seguridad al son de: Ustedes sólo están para arrastrar el lápiz, nosotros decidimos cómo…
Lo que diga la ley es lo de menos, ellos (los militares) no quieren ni aceptan un mando civil. Lo dijeron muchas veces y tal cual lo hacen sentir.
Nada más elocuente que la imagen en el Campo Marte del recorrido de los mandos durante la presentación de la Guardia Nacional: Al frente, el Presidente de la República con el secretario de la Defensa a su mano derecha y el de Marina a la izquierda. Atrás de ellos, Durazo y el general Bucio.
Así es, en los hechos, como se trabaja todo lo relacionado con la Guardia Nacional (y muchas otras cosas). El caso es que, desde la perspectiva castrense, ¿para qué conservar a la Policía Federal?
-¡Que se vayan…!-, insisten en sus reuniones los altos mandos (y si de paso se pueden deshacer de Durazo, qué mejor).
El conflicto con la Policía Federal se ha ido decantando precisamente en ese sentido: ya no en las garantías laborales, sino en la indemnización. Indemnización, no liquidación. Indemnización por la extinción de la Policía Federal.
Visto el desprecio con que los tratan y los miran, ya tampoco quieren formar parte de la Guardia Nacional. No quieren subordinarse a los militares, ni ser humillados por ellos. También se quieren ir.
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GEMAS: Obsequio de Andrés Manuel López Obrador: “¿Saben cuándo se acabará la corrupción? Cuando logramos estigmatizarla, es decir, que sea algo feo, fuchi, guácala”.POR MARTHA ANAYA
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