La 4T de los símbolos

El gran triunfo del Presidente es haber podido generalizar entre los mexicanos el uso en el lenguaje de la transformación

El lunes 1 de julio se cumplió un año de la elección presidencial en la que Andrés Manuel López Obrador se alzó con un triunfo contundente para alcanzar su lugar en Palacio Nacional. Para celebrar este primer aniversario, AMLO organizó un acto en el Zócalo capitalino, donde convocó a miles de simpatizantes que aún lo siguen con un ánimo ferviente y con la esperanza de que se comience a vivir la llamada Cuarta Transformación. El Presidente mencionó los logros de su gobierno, mismos que se atan de alguna manera con sus compromisos de campaña, tales como seguir una política de austeridad y transparentar el patrimonio de los funcionarios del gabinete; reducir en 50% el gasto en publicidad del gobierno; eliminar gastos de vestuario y protocolo destinados al Presidente, colaboradores y familiares; bajar los sueldos de los altos funcionarios y aumentar los de los trabajadores que ganan menos de 20 mil pesos al mes; celebrar contratos de obra con la participación de ciudadanos y observadores de la ONU; reformar el artículo 108 de la Constitución con el fin de quitarle el fuero al Presidente y abrir el Complejo Cultural de Los Pinos desde el 1 de diciembre. Eliminar el Estado Mayor Presidencial y los ya conocidos en materia de política social, como otorgar becas de 2 mil 400 pesos mensuales a 300 mil estudiantes universitarios en situación de pobreza; 800 mensuales para todos los estudiantes de nivel medio superior; aumentar la pensión para adultos mayores en todo el país a mil 274 pesos mensuales; implementar el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, en el que 2.3 millones recibirán 3 mil 600 mensuales; así como los compromisos que han tenido mayor controversia como la creación de la Guardia Nacional con mando civil, la cancelación del NAIM y la anulación de la Reforma Educativa. Sin embargo, lo importante que nos deja este informe –no oficial–, más allá de los “78 de 100 compromisos cumplidos” (tal y como lo menciona), López Obrador se sigue manejando dentro de un marco simbólico ante la sociedad, puesto que, si bien algunas de estas acciones ya se venían realizando en gobiernos anteriores, AMLO lo magnifica en las mañaneras, en sus redes y en cada discurso que realiza en las giras reflejan la cercanía que quiere mostrar con el pueblo. En este sentido de los símbolos, el gran triunfo del Presidente es haber podido generalizar en cada casa de las y los mexicanos el uso en el lenguaje habitual el concepto de la 4T, dotar de esperanza de que este país puede transformarse desde la sociedad; marcar la agenda diaria, no sólo en los medios, sino en la vida diaria; la capacidad de llevar los signos, sonidos y significantes a cada charla de sobremesa en el país. Sin embargo, a sólo siete meses de gobierno es complicado celebrarlo o denostarlo. Sigue y seguirá habiendo retos en materias de seguridad, economía, educación, administración pública, salud y un largo etcétera, que no se resolverán sólo con simbolismos y se deberá actuar con prontitud, profesionalismo y efectividad.

POR ADRIANA SARUR

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