“¿Gusta donar los centavos que le sobran?”. Ésta es ya una pregunta habitual para todas y todos los mexicanos. En el supermercado, en las tiendas de conveniencia, en los cajeros automáticos, etc. Estas donaciones a través del “redondeo” de nuestras compras se destinan hacia varias empresas, fundaciones o para organizaciones de la sociedad civil (OSC) y habitualmente con fines de beneficencia social, como para reducir la desnutrición, para becar a algún estudiante, para los refugiados..., pero, ¿para comprar sillas o camas para los familiares de los pacientes del IMSS o para apoyar el rescate de Pemex?
Y es que con este mensaje vía twitter: “Invito a la familia @Tu_IMSS y población en general a sumarse a la campaña de @Fundacion__IMSS para adquirir sillas-camas. La solidaridad de los mexicanos siempre sale a flote cuando se trata de ayudar. Tenemos hasta el 31 de julio para lograr la meta y sé que lo conseguiremos.” El titular del IMSS, Zoé Robledo, solicitó apoyo para estas adquisiciones. Por su parte, en la habitual conferencia matutina, el presidente López Obrador mencionó que la medida del “redondeo” para el rescate de Pemex se analizará para que los ciudadanos puedan apoyar a la empresa petrolera.
Ahora bien, las donaciones fomentadas por OSC arropadas por empresas o instituciones bancarias podrían tener cuestionamientos desde el enfoque económico, financiero y tributario, pero también llegan a tener tintes loables; sin embargo, cuando es destinado para una institución o empresa pública deberá tener más cuestionamientos y con mayor profundidad, puesto que para el funcionamiento de las entidades públicas existen los impuestos y, para su operatividad, cuentan con un presupuesto público. Por lo tanto, si se efectúa una adecuada planeación presupuestal, deben estar cubiertos todas las erogaciones por conceptos de nómina, gastos, inversiones, compras de materiales, etc. y no volverle a solicitar a la ciudadanía más apoyo que su cuota tributaria.
En este sentido la cosa no es menor, porque Pemex sigue siendo la empresa estatal más importante del país, pero también la más endeudada. Ante esto, Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex presentó la nueva estrategia para la empresa petrolera para el año 2022. Esta estrategia se basa en el apoyo del gobierno. Aunado a esto, Romero Oropeza mencionó que se tendrá que ahondar en la exploración en aguas someras, realizar pozos nuevos, así como optimizar la capacidad de las 6 refinerías existentes, además de la construcción de la de Dos Bocas. Sin embargo, prevalecen los grandes problemas de deuda y su alta carga fiscal.
Así pues, y aunque esté mal visto por los inversionistas extranjeros, por especialistas o por la OCDE, se puede observar que la agenda y la visión de AMLO no va a dar un paso atrás en la construcción de la nueva refinería, reducir la carga fiscal y desembolsar recursos para sanear a Pemex, pero si con todo esto no alcanza, nos tendremos que acostumbrar a la pregunta: ¿gusta donar sus centavos para salvar a Pemex?
POR ADRIANA SARUR
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