Las redadas de Trump agudizan la crisis migratoria en México

Donald Trump ha hecho del tema migratorio uno de sus tópicos más fuertes de cara a la búsqueda de su reelección el próximo año y lo ha hecho de una manera magistral, como sólo él podría hacerlo: doblegando a su enemigo.

A tan sólo unos días de que se revise el acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos, que puso a nuestro país en un estado de vulnerabilidad preocupante, el presidente estadounidense inició una serie de redadas masivas en al menos 10 grandes ciudades contra migrantes indocumentados que permanecen en territorio estadounidense.

Según las autoridades migratorias de la Unión Americana, si bien van por aquellos que no se han presentado a continuar con su solicitud de asilo, la orden es detener a cualquier persona que no pueda probar que cuenta con
documentos que amparen su permanencia en la nación.

Las redadas tendrán repercusiones graves, pues se incrementará la ocupación en los centros de detención de migrantes, cuyas malas condiciones han denunciado medios de comunicación, pero significará mantener el voto duro del republicano.

El “acuerdo” con México empieza a dar frutos: datos oficiales señalan que el número de indocumentados que arribaron a EU en junio llegó a poco más de 100 mil, 28% menos que el mes anterior, lo que significa que las violentas acciones de Trump empiezan a cristalizarse en datos duros. Por su parte, el INM señala que al 24 de junio se habían detenido a casi 24 mil migrantes, un aumento de hasta 150% en comparación con junio del año pasado cuando se detuvieron a 9 mil 577. En pocas palabras, nos hemos convertido en la policía migratoria de Trump.

La Secretaría de Relaciones Exteriores ha indicado que las redadas masivas podrían devolver a México a casi 2 mil connacionales que tienen orden de deportación.

Pero el panorama no pinta bien para México, tras la decisión de EU de no aceptar más solicitudes de asilo de migrantes que no hayan solicitado protección en un “tercer país seguro” fuera de su país de ciudadanía, lo cual tendrá como efecto inevitable la agudización de la crisis migratoria en nuestro país, porque obliga a los migrantes sin documentos que cruzan la frontera sur estadounidense a regresar a México sin la posibilidad de solicitar el anhelado asilo en EU, por lo que tendrían que permanecer en territorio mexicano o ser retornados a su país de origen.

Parece que Donald Trump encaminó a México a convertirse en su muro
y, lo peor, es que fue con el consentimiento de las autoridades mexicanas y del Congreso, en caso de que lo imponga al revisar los resultados del acuerdo migratorio.

En ese caso, seremos un “tercer país seguro” sin la infraestructura
necesaria para atender a los miles de seres humanos que serán rechazados por Trump.

Por Mariana Gómez del Campo