El muncipio de Múzquiz se encuentra al norte de Coahuila. En su inmenso territorio hay una impresionante orografía y un valioso e impresionante ecosistema con flora y fauna. Cada una de sus poblaciones está llena de tradición y orgullo. En ellas, a cada paso se topa uno con la historia.
Hasta ahora, el nacimiento de la mexicanidad se ha solido explicar con una fórmula: españoles conquistadores y mexicanos vencidos. Sin embargo, el parto de la nación fue mucho más complejo. España no existía y México tampoco. También es inexacto afirmar que en la fusión sólo participaron ibéricos e indígenas. Reducir la historia a lo anterior es un error, y conlleva a ignorar nuestra tercera raíz: la sangre africana.
En Coahuila el horror de la conquista diezmó y prácticamente exterminó a la población original. Incluso la historia regional documenta los destierros de chichimecas a Cuba y Las Antillas. Lo que hoy es Coahuila se pobló por migrantes. Los primeros fueron conquistadores y colonos de origen ibérico y, con ellos, llegaron sus aliados tlaxcaltecas, a quienes, por cierto, mucho debemos en el noreste por su enorme y benéfica influencia cultural.
Además, y para buena fortuna de Coahuila, desde el siglo XVI han arribado mujeres y hombres de diversas nacionalidades y continentes, entre ellos, chinos, japoneses, libaneses, sirios, palestinos, españoles, ingleses, africanos e indios norteamericanos. Se sumaron a ellos muchos mexicanos oriundos de otras partes del país. Gracias a la migración, el estado ha crecido y conformado una sociedad abierta y pujante.
Múzquiz y la región reflejan la diversidad étnica y cultural de Coahuila. Las percibimos, incluso, en la toponimia: Palaú o Roncesvalles; en los apellidos de los pobladores: Elguezabal, Iribarren, Aréchiga, Nissino o Yamamoto; en la gastronomía: con reminisencias africanas, judías, tlaxcaltecas y españolas; y hasta en la arquitectura: con construcciones de fuerte influencia inglesa.
Los mascogos son descendientes de esclavos africanos que en el siglo XIX salieron de los Estados Unidos para buscar en Coahuila un lugar donde residir en libertad. No tienen doble nacionalidad. Son mexicanos por los cuatro costados. Viven en dos poblaciones que se encuentran en Múzquiz. Desde hace algunos años su epopeya se cuenta en los libros escolares y la tradición mascoga forma parte de la rica cultura de la entidad.
En días recientes, en la Cámara de Diputados se aprobó la reforma constitucional que reconoce nuestra tercera raíz como parte de la mexicanidad, y otorga un estatus especial en materia jurídica, económica y social a los afromexicanos, entre ellos, a los mascogos coahuilenses. La total inclusión y la igualdad son premisas fundamentales para construir un mejor México.
POR RUBÉN IGNACIO MOREIRA
DIPUTADO FEDERAL POR EL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL