Ganadores y perdedores

Si tuviera que elegir la posición más importante en un equipo de futbol americano no dudaría en señalar que es la de quarterback. Por supuesto conozco la frase del legendario Paul Oso Bryant, entrenador por espacio de 25 años de la Universidad de Alabama, con la que conquistó seis campeonatos nacionales, y que decía: “Las ofensivas venden boletos, pero las defensivas ganan campeonatos”. Sin embargo, es una realidad que en este deporte se gana anotando puntos, y se requiere de un catalizador. Ese catalizador es el mariscal de campo. Si trasladamos esta idea a la NFL, y a su principal ventana, el Super Bowl, en 29 ocasiones los pasadores han sido seleccionados como el Jugador Más Valioso del juego de campeonato de la liga. Por todo lo anterior, los equipos que poseen quarterbacks estelares, destinan hasta un 14 por ciento de su presupuesto anual para pagarles su sueldo. El más reciente multimillonario es Russell Wilson, que estableció una nueva marca, al promediar por temporada 35 millones de dólares en un pacto por cuatro años a partir del 2020. ¿Buena noticia para Wilson? Desde luego. ¿Para los Halcones Marinos? No tanto, dado que para acceder a dicho contrato se desprendieron del ala defensiva Frank Clark, quien acumulara 36 capturas de quarterback en las últimas cuatro temporadas, incluyendo 14 el año pasado. Clark se va a Kansas City a cambio de un par de selecciones colegiales, y de 105.5 millones de dólares, 63.5 de ellos garantizados, a lo largo de cinco campañas. Hay varios detalles que vale la pena mencionar. Primero, los Jefes necesitan mejorar su defensiva para dar el siguiente paso. Fueron penúltimos en yardas permitidas por partido con 405.5, y ocuparon la posición 24 en puntos, con 26.3. Segundo, tienen espacio en el tope salarial, y tercero, que a su gran figura, Patrick Mahomes, aún le restan dos campañas en su contrato de novato, por el que Kansas City en total, sumando salario base y bonos, “sólo” tiene que pagarle 4.480 millones de dólares en 2019 (2.37 por ciento del presupuesto) y 5.226 millones en 2020 (2.75 por ciento del tope salarial). De manera que desde mi punto de vista, los Jefes tienen una ventana de dos años para llegar al Super Bowl, como sucedió con Wilson y los Halcones Marinos en 2013 y 2014. En ese entonces Seattle dependía de la Legión del Boom de Richard Sherman, Earl Thomas, Kam Chancellor y Byron Maxwell, cuyos salarios combinados, en esas dos temporadas eran de 7.960 millones de dólares y 17.550 millones de dólares, al tiempo que Wilson, con su contrato de novato, costó 681 mil 85 dólares en 2013 (0.49 por ciento), y 817 mil 302 en 2014 (0.60). Para 2019, y ya sin su famoso perímetro, Seattle le pagará a Wilson poco más de 26 millones, con un impacto al tope salarial, de 188.2 millones de dólares, del 13.78 por ciento. @ENRIQUEBURAK