Incertidumbre tras el retiro

La temporada regular de la NBA se acerca a su conclusión, y con ella se extingue la carrera de Dwyane Wade, uno de los mejores basquetbolistas de todos los tiempos, que marcara toda una época junto a LeBron James y Chris Bosh llevando a Miami a cuatro finales consecutivas entre 2011 y 2014, ganando dos de ellas, y que condujera al equipo de Estados Unidos a la medalla de oro en los juegos Olímpicos de Beijing 2008. Con 37 años de edad, Wade ha señalado que prefiere decir adiós estando en buena forma física antes que sus cualidades se desvanezcan, y se convierta en una sombra de sí mismo. Sin embargo también es un hecho que ahora tendrá que enfrentar a un nuevo y desconocido rival, ese que afecta en gran medida a los atletas profesionales una vez que dejan su respectiva actividad: la depresión, al no encontrar nada que los satisfaga. Acostumbrados a los reflectores, la atención y el aplauso del público, a practicar desde su niñez una sola cosa, el deporte que los lleve a destacar en el ámbito profesional, a tener fama, y todo lo que conlleva, y dinero, en ocasiones, mucho dinero, de pronto todo eso llega a su fin, sin tener un plan trazado de qué hacer con el resto de sus vidas al convertirse en mortales. A lo anterior, también suele sumarse un factor devastador, las carencias económicas. Cifras de la NFL señalan que en un plazo de 12 años posteriores a su retiro, el 16 por ciento de los jugadores se declaran en bancarrota. La razón principal, independientemente de que hayan hecho malas inversiones al apoyarse en gente cercana o “amigos” en lugar de expertos, a divorcios o paternidades irresponsables, que suelen ser sumamente costosas, es que la carrera promedio dura apenas 3.5 años. Cada temporada 320 veteranos se quedan sin trabajo, ya sea por retiro o por el arribo de talento joven. Además el 65 por ciento de los exjugadores acarrean lesiones que minarán sus finanzas. En la NBA el porcentaje de jugadores que se declara en bancarrota cinco años después del retiro es de 60 por ciento. Y es que no todos son Michael Jordan o Magic Johnson que han multiplicado sus fortunas. Antoine Walker dilapidó 108 millones de dólares, Scottie Pippen 120 millones, y Allen Iverson más de 200 millones de dólares. En el caso de Wade, que a lo largo de su carrera ha ganado cerca de 200 millones de dólares, ya ha dado el primer paso. Hace unos días en una entrevista para ESPN, dijo que luego de ser un escéptico, ya que no deseaba que ninguna persona lo instruyera en cómo vivir su vida, se ha decidido por tomar terapia para ajustarse a su nueva condición. Sin pretenderlo, Wade puede convertirse en un estandarte para todo deportista profesional cuyos días estén llegando a su fin. @ENRIQUEBURAK