Lila Abed: Trump, Trump y más Trump

Con la conclusión del reporte del fiscal especial, Robert Mueller, la ruta hacia las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos se convierte en la prioridad para el Partido Republicano al igual que el Demócrata. El hecho de que el fiscal especial no haya encontrado pruebas suficientes de una interferencia Rusa en las elecciones de 2016, de la misma manera que no culpa al actual mandatario, pero tampoco lo exonera en su totalidad de una posible obstrucción de justicia, incrementa sus posibilidades de ser reelegido. Durante los primeros dos años de su administración, distintos medios de comunicación, opositores políticos y la comunidad internacional, han estado a la espera, y con la esperanza de que el trabajo de Mueller condenara de algún crimen Trump para debilitar y desacreditar su agenda polarizada y discriminatoria. Y aunque todavía los demócratas en la Cámara baja, por medio de su vocera, Nancy Pelosi, continúan presionado al fiscal general William Barr a que publique en su totalidad el reporte de la investigación, los opositores tienen más que perder que ganar al tratar de encontrar un resultado distinto al anunciado. Inclusive en el supuesto caso de que el reporte de Mueller haya culpado a Trump, los demócratas tendrían que ser muy cautelosos en su proceder, ya que aunque la Cámara baja tiene la facultad y competencia de iniciar el proceso de un juicio político contra el Presidente, sería un esfuerzo inútil, porque sería absuelto por la mayoría republicana en el Senado. En mi opinión, si los demócratas insisten en continuar la investigación de la “trama rusa”, terminarán empoderando aún más el discurso de Trump que sugiere que la clase política tradicional intenta, a como dé lugar, destituir a un Presidente dispuesto a romper las normas institucionales que han regido la mayoría de la historia de este país. Las elecciones intermedias del 2018 demostraron, cuando los demócratas lograron arrebatarle la mayoría en la Cámara de Representantes a los republicanos, que su estrategia triunfadora tiene que enfocarse en temas que afectan a la clase media y baja. Es decir, deben de alejarse de un juicio político y canalizar su energía a asuntos como mejorar el sistema educativo, luchar por un seguro social para todos, proteger a los dreamers, sin abandonar la seguridad fronteriza, y de generar mayores oportunidades económicas para la población. [caption id="attachment_501256" align="alignnone" width="549"] Donald Trump busca su reeelección. FOTO: AFP[/caption]   El hecho de que los demócratas fueron lo suficientemente hábiles y flexibles al nominar a sus candidatos en las elecciones de 2018, les permitió tener un récord de 183 mujeres a congresistas, 133 candidatos de distintas razas y por primera vez en su historia, candidatos hombres de raza blanca formarán una minoría. Esto logró cambiar el panorama distrital de Texas, con una tradición conservadora, en gran parte por los esfuerzos del aspirante a senador Beto O'Rourke, pero esto demostró que existen distritos que votaron por Trump que están dispuestos a cambiarse a la oposición. Otro ejemplo de éxito para los demócratas, fue la postulación de Lori Lightfoot a la alcaldía de Chicago, una mujer afroamericana abiertamente homosexual. Sin embargo, una elección intermedia se distingue de una elección presidencial, y aunque es cierto que la demografía de EU indica que para 2040 las minorías se convertirán en una mayoría electoral, para estas elecciones presidenciales, el sector de raza blanca será casi la mitad del voto popular. El Partido Demócrata erraría en virar su ideología política hacia la izquierda como proponen individuos como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez. Para ser un competidor real frente a Trump, el Partido Demócrata, a mi parecer, debe elegir a un candidato hombre de raza blanca, preferentemente a un gobernador con experiencia, porque las tendencias muestran que la población no está preparada para elegir a una mujer o a una persona de raza étnica en 2020. La lista de los candidatos para las primarias demócratas está compuesta por políticos tradicionales como Elizabeth Warren y posiblemente Joe Biden, así como una nueva generación como Julian Castro y Pete Buttigieg. No obstante, los demócratas deben utilizar la diversidad a su favor sin acentuar temas polémicos como el aborto, el establecimiento de los baños unisexo, reparaciones para los afroamericanos, entre otros: si quieren recuperar un porcentaje de votantes conservadores moderados que se encuentran en estados claves dentro del medio oeste industrial de EU. La manera de derrotar a Trump es impulsando una plataforma centrista que aglutine los intereses y las necesidades del padrón electoral actual, y evitar convertirse en una partido de reacción a toda acción de Trump. Deben de ser proactivos en sus propuestas y sencillos en comunicar su agenda nacional. La magia estará en que logren encontrar un balance entre sus prioridades progresistas, como El Nuevo Tratado Verde, sin desplazarse hacia el socialismo. Lo que sí es importante que sigan haciendo es utilizar su mayoría en la cámara baja para proteger la separación de los poderes y convertirse en los defensores de los principios delineados en la Constitución. Esto lo logra impulsando medidas legislativas, como lo hicieron con la resolución en contra de la emergencia nacional que decretó Trump en febrero para financiar la construcción del muro. Su declaración intenta desviar fondos previamente aprobados por el Congreso para satisfacer una propuesta central de su campaña. De igual forma, su reciente amenaza contra México de cerrar la frontera si no frena el flujo de drogas e inmigrantes, es otro ejemplo de cómo el mandatario está dispuesto a dañar hasta la economía de países vecinos para lograr su objetivos electorales. Entonces, los demócratas deben de posicionarse como el único partido responsable de mantener orden y prudencia institucional ante un Poder Ejecutivo caótico e impredecible. Y es fácil de lograr, ya que los republicanos han permitido que Trump se apodere del partido y hasta pervertir su ideología conservadora. Por más polémico que sea, Trump ha cumplido la mayoría de sus promesas. Los resultados del reporte de Mueller aumentaron su credibilidad ante su base electoral y le permitieron concentrarse en temas prioritarios, como fortalecer la frontera sur y desmantelar Obamacare, sin la preocupación de que existe una investigación contra su gobierno. Mientras Trump siga dividiendo con políticas extremistas, los demócratas pueden aprovechar para trazar una campaña de tierra bien organizada que atienda los temas que aquejan a la población. Tendrán que encontrar la manera de unificar al país, resaltando la diversidad como un factor de prosperidad, sin ignorar el miedo y preocupación de un sector que se siente amenazado por la inmigración y los ideales progresistas. Ahora, hay aquellos que argumentan que tal vez todo esto será irrelevante si las investigaciones lideradas por los fiscales del Distrito Sur de Nueva York sobre las finanzas del presidente encuentran suficiente evidencia para destituirlo, ¿será?, sigo convencida que Trump será reelegido en 2020.  

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