Todos los reflectores de la NFL apuntarán esta semana a Nashville, donde a partir del jueves se llevará a cabo la edición 84 del Draft. Ese día se efectuará la primera ronda, el viernes la segunda y tercera, y el sábado de la cuarta a la séptima.
La gran incógnita, y que al responderse producirá un efecto dominó con el resto de las selecciones, es: ¿qué hará Arizona con la primera elección? De acuerdo a su directiva aún no lo sabe, lo cual puede sonar extraño porque han tenido meses para prepararse, aunque también es cierto que pueden dejar un cierto margen para la improvisación en caso que algún equipo haga una buena oferta por ese casillero.
Para no ir tan lejos, el año anterior las especulaciones aseguraban que Cleveland tomaría al quarterback Sam Darnold, quien eventualmente terminaría con los Jets, pero “sorprendió” al reclutar a Baker Mayfield, quien se ha convertido en uno de los rostros de la franquicia. La incertidumbre ha tocado también a Josh Rosen, seleccionado por los Cardenales en el décimo lugar total el año pasado y uno de cinco pasadores elegidos en la primera ronda, quien ha señalado que ignora cuál será su futuro.
La lógica y las necesidades de los Cardenales indican que se quedarán con la selección, para reclutar a Kyler Murray, de la Universidad de Oklahoma, ganador del Heisman y que tiene lazos con el nuevo entrenador en jefe, Kliff Kingsbury, desde que jugaba en la preparatoria de Allen, Texas.
A Kingsbury no parece preocuparle la “corta estatura” para la posición de Murray, de 1.78 metros, ponderando su habilidad atlética.
Pero también es una realidad que para que Murray, o quien sea, destaque en Arizona, necesita mejorar drásticamente su línea ofensiva, fácilmente identificable como la peor de la NFL. En 2018 permitieron 52 capturas, la quinta mayor cantidad de la liga, así como 109 apresuramientos, el cuarto total más alto, independientemente que la ofensiva fue la menos productiva de todas, con 241.6 yardas por encuentro, 48.3 yardas menos que Miami que ocupó el penúltimo lugar. Por aire sólo acumularon 157.7 yardas por juego, y por tierra apenas 83.9. Todo se ve reflejado en los puntos: apenas 14.1 en promedio, para, también, ser los peores.
La segunda selección la tiene San Francisco, y es muy probable que tome al ala defensiva Nick Bosa, de Ohio State, al tiempo que no me extrañaría que los Gigantes, sextos en la lista, se hicieran del quarterback Dwayne Haskins, como relevo a corto plazo para Eli Manning.
Finalmente, se pronunciaron para el Draft 111 jugadores que no concluyeron su elegibilidad universitaria, lo cual es una cifra récord.
@ENRIQUEBURAK
Draft de la NFL, a la vista
a partir de este jueves comenzará a marcarse el destino de la próxima campaña en los emparrillados